Sábado 22 de abril de 2023
Letras de Arenas
Pepe Arenas,
presenta:
“Las Peripecias,
por P. Périz Copio”
CELULARES
Aunque
no acostumbro cenar, es más, dejé de hacerlo hace varios años, acepté gustoso
la invitación de mi primo Arnoldo para acudir ayer por la noche a su casa, y
sin importar cuánto le insistí a Mariana, su mujer, ella no me escuchó y puso
sobre mi plato cuatro suculentas quesadillas de tinga que despaché con un rico
champurrado. Antes, dimos cuenta de lo que quedaba de la botella de mezcal que
llevé la ocasión anterior en que estuve en su casa. ¡Qué noche pasé!
Esta
mañana desperté con un leve dolor de estómago, como si mi organismo me
reclamara el exceso al que lo sometí. De cualquier modo, admito que estaban
sabrosas.
Una
de mis dos sobrinas gemelas idénticas a quienes ya me he referido antes –no sé
cuál de ellas era–-, apenas terminó de comer su quesadilla, sólo una, y volvió
al asiento de la sala en que la encontré cuando llegué. Tomó el celular que
había dejado sobre la mesa de centro y lo encendió. Ella sabe, y su hermana
también, que su papá no les permite usar el celular en la mesa, “esos aparatos,
que se supone son para comunicarse, impiden la comunicación familiar”, les ha
dicho.
Ahora
que lo pienso, el teléfono móvil tiene muchos usos, es cierto, pero probablemente
para lo que menos se usa es para hablar.
⸺
Lucía, apenas cenaste algo, hija, y ya estás otra vez con el celular en la mano⸺
le dijo su mamá.
⸺
Es que no tenía mucha hambre mami, y estoy viendo una serie y está muy buena⸺
respondió.
⸺
Yo ya vi esa serie⸺ dijo Alma, su gemela⸺ es de la llegada de los españoles a
Cuba, nos la recomendó el profe de Historia.
⸺
Ah, bueno, si es de la escuela, me parece bien⸺ terció Domingo, mi sobrino, el
hermano mayor de las gemelas⸺ lo digo porque yo veo a mis compañeros de la
Facultad que se pasan horas y horas viendo puras tonterías.
Estaba
por referirles que ayer, en un programa de tele, no recordaba en ese momento
cuál, me enteré de que en Japón, según un estudio estadístico, los niños y
adolescentes dedican un promedio de dos horas al día a usar ese aparato, hoy
imprescindible. Pero resultó que también Diego se enteró por la misma vía, que
en México hay más de siete millones de aparatos, y que nos mexicanos, los
estudiantes y alumnos de diversos grados, dedican hasta cuatro y media horas
diarias a consultarlo, y fue él que lo mencionó.
⸺
Si sólo lo usaran para informarse de temas útiles, o como apoyo para su
desarrollo educativo, me parecería un invento fantástico; pero ya sabemos que
no es así. Celebro que Mariana y yo estemos de acuerdo en limitar a las niñas
en su uso.
⸺
Pero ¿sabes qué, Pa?, que el otro día el maestro nos pidió que lleváramos un
diccionario, que por cierto ya devolví a tu estudio, y ni todos tenían uno, ni
supimos o no recordamos cómo usarlo. Todos acudimos al “Profe Google”, y él lo
resuelve casi todo⸺ apuntó Alma.
⸺
Y espérate a que desarrollen más la llamada Inteligencia Artificial, y junto
con los maestros vamos a quedar desempleados decenas de miles de personas⸺ dijo
Arnoldo.
Fue
una cena muy agradable, pero no supe si la indigestión me la produjeron las
quesadillas, o la inquietud de reflexionar respecto a esa tal inteligencia que
nos quitará a muchos el empleo.
josearenasmerino@gmail.com
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