Jueves 2 de febrero de 2023
Letras de Arenas
Pepe Arenas, presenta:
“Las Peripecias por P. Périz Copio
EDUCACIÓN
⸺ También invité a tu prima Amalia, aprovechando que
cerraron por dos días la escuela, porque están indagando qué pasó con los
chicos que tuvieron que ser atendidos por consumir agua con un somníferos. Dos
de ellos son alumnos suyos, me dijo cuando la llamé⸺ me comentó mi tía Rita
cuando llegué a comer a su casa, botella de Oxhoa en mano, pues sé que a ella le encanta el mezcal.
Amalia Périz Gorráez es maestra en una escuela primaria
pública –creo que la Emiliano Zapata– desde hace muchos años. Se divorció muy
joven y ya no se ha vuelto a casar, pues según afirma cuando le preguntan si se
mantendrá soltera, está casada con su profesión y eso la hace feliz, pues
además no tiene un hijo, ni dos, tiene un montón, pues sus alumnos, dice, eso
son, sus hijos.
Antes de Amalia llegaron mis primos, Martina y Patricio,
Pato, como lo conocemos en familia y creo que también en su trabajo. Son los
hijos de mi tía Rita, la viuda de mi tío Luciano Périz, que murió hace ya
muchos años, cuando ellos eran pequeños. Martina está, creo, en el último
semestre de la carrera de Derecho en la UNAM. Pato destripó la carrera de
Ingeniería en Sistemas Computacionales, pero no porque no le gustara, por el
contrario, fue por aburrimiento, ya que aquello que le enseñaban, ya lo sabía,
según asevera. Mi tía aún no lo perdona, pues además, es a eso que se dedica:
es el jefe de Informática en una dependencia del gobierno, no sé bien en cuál.
Mi tía Rita, una de la que más quiero, a pesar de no ser
consanguíneos, es una experta cocinera, al punto de que le han ofrecido el
puesto de chef en dos restoranes; pero ella prefiere cocinar para la familia,
felizmente.
Esta vez se lució con una sopa de setas con chipotle y
luego unos rollos de carne rellenos de espinacas y hierbas finas, gratinados
con queso manchego, que no le piden nada a un restorán cinco tenedores. Pato
abrió una botella de Chianti de la canasta que le regalaron en su trabajo por
la Navidad; pero antes bebimos con moderación el mezcalito, con boquerones
enchilados.
Amalia llegó con un ejemplar de un libro que nos devolvió
a la escuela Primaria, ese en el que aparece una joven mujer morena ataviada de
blanco y portando una bandera nacional. A Martina le encantó, aunque a ella no
le tocó porque es de generaciones posteriores. Mientras tomábamos otro mezcal,
lo hojeó con interés y nos preguntó por qué nos resultaba tan importante.
⸺ Bueno, verás hija⸺ le dijo Amalia⸺ ese libro de texto
fue hecho por especialistas con mucho cuidado y dedicación, pero no sólo eso,
sino que, como ya oíste a tu mamá, a tu primo y a tu hermano, contiene
conocimientos que son la base de la educación, del proceso de aprendizaje y nos
sentimos identificados con él, por eso se lo traje a regalar a tu mamá.
⸺ Ah, pues te tengo una noticia que no te va a gustar⸺
repuso Martina⸺: esta mañana escuché en el noticiario de Carmen, que acaban de
nombrar a un nuevo funcionario en la Secretaría de Educación Pública que se
ocupará de la elaboración precisamente de los contenidos del libro de texto y
los programas y planes de estudio del nivel de la Primaria, un señor que
trabajaba haciendo algo similar en Venezuela, en los gobiernos de Chávez y
Maduro.
A Amalia le demudó la cara, palideció, y si Pato no la
sostiene, habría caído de la silla. Pasó casi una hora hasta que logró
reponerse del todo. Ya no quiso comer y le pidió disculpas a mi tía pero
prefirió irse a su casa. Martina le pidió perdón varias veces y fue perdonada.
⸺ Tú no lo nombraste, Martina, no es a ti a quien hay que
culpar de lo que sigue.
De postre, helado de fresa con fresas frescas.
josearenasmerino@gmail.com
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