Miércoles 26 de octubre de 2022
Letras de Arenas
Pepe Arenas presenta:
Peripecias, por P. Périz Copio
PEGASUS
⸺ Y cómo no me iba a preocupar, primo, si te he
llamado antier, ayer y hoy varias veces
a tu celular, te dejé varios mensajes y no respondes, por eso vine hasta tu
casa⸺ , le reclamé a Carmelo Copio cuando me abrió la puerta y luego de que me
expresó su gusto por la visita.
⸺ Discúlpame primo, no quise alarmarte a ti ni a
ninguno de los amigos y parientes que han venido, como tú ahora, a preguntar
por mí⸺, dijo, franqueando la entrada e invitándome a pasar.
Como para compensar mi preocupación, me guio hasta el
desayunador y me convidó de los buñuelos que tenía en el centro de mesa,
mientras preparaba un café de Coatepec para acompañarlos.
Me explicó luego el motivo de su decisión de
desconectar de plano el celular. Carmelo es un solterón empedernido que luego
de renunciar al seminario –no le preguntaré nunca por qué ingresó, pero
sospechamos en la familia que fue por influencia de mi tía Conchita, su madre–,
decidió ingresar a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, a estudiar Literatura Dramática y Teatro, carrera que no
concluyó; pero lo que ahí aprendió, le permitió sobrevivir. Se incorporó
primero a un grupo de teatro universitario, y más tarde formó uno con sus excompañeros,
y presentaban pequeñas obras que llevaron durante muchos años a diversas
ciudades en el interior del país.
Me platicó que fue en esas andanzas que fue
recorriendo el país, y sumando dolor, el dolor de ver tanta miseria, tantas
carencias de muy diverso tipo, desde el pan para la boca, hasta el pan para el
espíritu, me dijo:
⸺ ¡Ay primo!, si no has recorrido como yo las
localidades más pobres, no te pesa como a mí. Fui por lugares que ni te
imaginas, con mi grupo de teatro a llevar un poco de esparcimiento, a cambio no
de dinero, sino de aplausos. Así fuimos conociendo de las penurias de miles de
mexicanos y, como ya lo adivinaste, pues nos radicalizamos, quiero decir,
hicimos conciencia de que debíamos participar más allá de sólo presentar obras conocidas
y me puse a escribir otras, basadas en lo que vivíamos cada día, de modo que
denunciamos las atrocidades que cometen los políticos, los funcionarios, los
burócratas, los policías. Nos persiguieron y a algunos los alcanzaron. Yo me
salvé por suerte, pero no me acallaron, así que continuamos el periplo por todo
el territorio.
⸺ ¿Y eso qué tiene que ver con que no respondas las
llamadas de tu familia, de tus amigos?
⸺ No seas ingenuo primo, si ahora que confirmamos lo
que ya sabíamos, es decir, que nos vigilan y nos espían, podrás suponer que
estoy en la lista, por ello ahora me encuentro en el más bajo perfil posible.
Por cierto, te digo de una vez, que si no me encuentras la próxima vez que me
busques, no dejes de buscar, quién sabe dónde fui a parar.
Se me atoró el buñuelo y se me fue el hambre.
José
Arenas Merino
0 Comentarios