Lunes 19 de septiembre de 2022
Letras de Arenas
Pepe Arenas presenta: “Las Peripecias de P. Périz Copio”
Senador, Senadora
Sonó mi teléfono celular cuando estaba entrando la llave en la cerradura de
la puerta de mi casa. Era Milena Copio, mi prima, doctora en Filología. Me preguntó
si podría acudir a su departamento a dirimir una controversia, pues ella y su
hermana Italia tenían un desacuerdo y pensó que yo podría ayudarles a lo
contrario, es decir, tener un acuerdo.
Lamenté que me llamara, pues estaba por sentarme a cenar y ver un rato el
televisor, en especial un programa que transmiten en el Canal 22 –antes
oficial, ahora oficialista, me parece–, ya que se trata de temas de mi interés
profesional, se llama “La Dichosa Palabra”, título que me parece un gran
acierto, por cierto. Se trata de cuestiones relativas precisa-mente a la
filología, la ortografía y, en general, de temas del idioma español.
Tuve que abstenerme de degustar dos deliciosas marinas de mole poblano y un
riquísimo chocolate amargo de Oaxaca, que luego habría de acompañar de una
generosa cucharada de bicarbonato de sodio. Esperaba que en casa de Milena me
convidaran algo, pues tenía hambre.
En menos de 15 minutos estaba timbrando a la puerta de mis parientes.
Italia no sabía que su hermana me había llamado, así que le causó una gran
sorpresa verme ahí, sin invitación. Una vez aclarado el punto de mi sorpresiva
visita, y después de los saludos, Milena me dijo:
⸺ Mira primo, lo que pasa es que Italia decidió escribir una carta a los
miembros del Senado para intentar convencer a los que aún no se han pronunciado
acerca de la iniciativa esa que presentó una fracción de lo que va quedando del
Partido Revolucionario Institucional –que, debo decir, de revolucionario no
tiene sino el nombre–, para que no voten a favor de la presencia de las así
llamadas fuerzas armadas, ergo ejército, fuera de sus cuarteles hasta el año
2028.
Seguramente interpretó mi gesto de “no entiendo”, y entonces fue un poco
más al tema.
⸺ No, no que yo no esté de acuerdo con que se dirija a ellos, si cree que
de algo sirve, si piensa que al menos van a leer la carta, ya no digo que
influya de algún modo en su decisión; yo también pienso que es una aberración
pasar así por encima del texto constitucional que se comprometieron cumplir y
hacer cumplir; es más, me resulta incomprensible que se les haya dado tanto
poder y un incremento presupuestal de tal magnitud, lo nunca antes visto en
nuestra historia reciente…
Sin duda que mi silencio y la expresión de “¿Y luego?” motivó que intentara
concluir su perorata.
⸺ Eso está bien, lo que no entiende
Italia es que escribir “Senadores y Senadoras” como lo hace en la introducción
de la carta, contraviene la regla gramatical que dice advierte que el uso del
plural en masculino, “los” incluye al femenino “las” y no logro hacerla
entender. Por favor, primo, ¿puedes ayudarme a convencerla?
No, no pude, ni tampoco me ofrecieron nada de cenar.
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