Sábado 20 de enero de 2024
Letras de Arenas
Pepe
Arenas, presenta:
“Las
Peripecias, por P. Périz Copio
MENTIRAS
No recuerdo cuándo fue la ocasión anterior en que
llegué tarde. La puntualidad es una de mis normas y si fallé esta vez, fue por
un descuido, un lapsus memoriosus, o como se diga.
⸺ Sobrino, ¿qué te pasó? tú eres siempre el primero en
llegar.
⸺ Mi querido tío Heriberto, lamento haberme atrasado,
como bien dices, soy si no el primero, uno de los primeros en llegar, pero un
involuntario olvido me obligó a regresar a mi casa.
⸺ ¿Olvidaste el mezcal? Espero que no, pero si fue
eso, estás más que justificado.
⸺ No, no fue el mezcal, de hecho, ya le entregué a mi
tía Lupita la botella.
⸺ Ah, bueno, entonces estás más que disculpado.
⸺ Entonces, ¿qué te hizo volver a tu casa, primo?⸺
preguntó Saúl, su hijo.
No supe si decir la verdad, pues ya que lo pensé bien,
el motivo de mi demora podría no ser una explicación aceptable; pero como no
digo mentiras, confesé frente a todos los presentes, es decir, además de mi tío
Heriberto, su esposa, mi tía Lupita y Saúl, mi prima Liliana y los padres de
Heriberto, mi tío abuelo Justino Copio y Esperanza, su esposa, ah, y los hijos
de Liliana, Raúl y Carmelita, dos pequeños en “la edad de la punzada”, como
decía mi abuela Ángela.
⸺ Ya venía en el taxi y cuando estábamos a punto de
llegar, aquí, a tres calles, le pedí al taxista que regresara a mi casa, pues
olvidé el teléfono celular. Eso fue.
⸺ Bueno, pero ya estás aquí, sobrino, te serviré la
comida, aunque nosotros ya estamos en el postre⸺ dijo mi tía Esperanza, y si
bien me resistí un poco, por educación, se lo agradecí.
Mi tío Justino dijo que a él le parecía incomprensible
que hayamos desarrollado tal dependencia de la tecnología, en especial del
celular, al que estábamos atados como quien lleva un grillete, dijo. No supe
qué responder de inmediato –estaba ya entrándole a la sopa de tortilla–, y fue
mi tío Heriberto (jubilado hace un par de años, luego de una carrera larga de
policía ministerial) quien se adelantó:
⸺ Deja que seamos esclavos del celular, papá, ⸺terció
Heriberto⸺ lo verdaderamente serio, es cómo nos manipulan y desinforman con ese
aparato. Como sabes, mantengo relación con mis compañeros de la Fiscalía y me
cuentan cómo extorsionan a la gente, lo que ya es grave de suyo; pero peor aún,
cómo mal informan y manipulan a la gente, pues hoy cualquiera puede decir las
más grandes mentiras, y, como nadie, o casi nadie, se cerciora de dónde
provienen las supuestas noticias, las divulgan y eso nos va a llevar a la total
desinformación. Eso sí que es más que grave.
Mientras los escuchaba, hice mi mejor faena para
alcanzarlos en el postre.
josearenasmerino@gmail.com
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