Jueves 29 de junio de 2023
Letras de Arenas
Pepe
Arenas, presenta:
“Las
Peripecias, por P. Périz Copio”
ORGULLO
⸺
Desde luego que yo quería que cesaran los calores, estos días que nos agobian,
al menos a mí, me embotan; pero pasamos al otro extremo, mírame, parezco una
foca salida del mar.
Así
lo dijo mi prima Amalia Périz Gorráez, la mamá soltera de Fátima, cuando llegó
a la casa de nuestro primo Arnoldo Périz Caballero.
Efectivamente,
un inesperado chubasco pescó a Amalia en la calle y tuvo que correr casi dos
calles bajo la lluvia pues no auto no circula hoy, según nos dijo, y como no
esperaba el aguacero, llegó sin protección, empapada, escurriendo agua.
Enseguida
Mariana, la esposa de Arnoldo, se acomidió a ayudarla a secarse con una toalla
de esas que se usan para tumbarse en la playa y luego le prestó un pant, como
le dicen a la ropa que se usa para hacer ejercicio.
La
merienda estaba lista, así que pasamos al antecomedor y nos dimos gusto con los
tamales que llevé, pues no me gusta llegar con las manos vacías cuando recibo
una invitación. Atole no encontré pues se acabó temprano, me dijo la señorita
que me atendió.
Conversamos
de esto y aquello, como suele ocurrir en las reuniones familiares, hasta que un
hecho, aparentemente inocuo, socialmente inocuo, surgió a la palestra: una de
las dos gemelas idénticas de Arnoldo, creo que Lucía, bajó de su habitación con
una banderita en la mano, una con el arcoíris que simboliza lo que hoy llaman
el “orgullo gay”.
⸺
¿Dónde te dieron eso Alma? ⸺ le preguntó su mamá, y entonces supe que no era
Lucía.
⸺
La mamá de Karla, la vecina del 9⸺ respondió sonriendo.
⸺
¿Cuál de sus mamás?⸺ le preguntó Lucía.
Cuando
Arnoldo estuvo a un tris de preguntar ¿cómo que dos mamás?, Mariana se adelantó
y les dijo a las niñas que sirvieran en sendos platos dos tamales y subieran a
cenar a la sala de la tele. Ya que estaban arriba, aclaró:
⸺
Efectivamente, la mamá de esa niña tiene una esposa, o bueno, así lo dice. He
hablado con ella algunas veces desde que llegaron a vivir aquí. Su hija,
Karlita, es como de la edad de nuestras hijas y se hicieron amigas.
Amalia
esperó un prudente silencio, como esperando a que Arnoldo armara algún
pensamiento; pero, antes su silencio, dijo:
⸺
Bueno, creo que estamos ante una nueva realidad, o una que antes se ocultaba.
En la escuela en la que trabajo, hemos tenido casos similares, es más, también
de señores que acuden a dejar a sus hijos y viven con otro varón en pareja. Yo
misma, como madre soltera, hace no mucho me sentía como señalada por ese hecho;
sin embargo, hoy es tan común, que no me incomoda. Ya nos iremos acostumbrando.
Estuve
a punto de opinar, cuando, finalmente, Arnoldo tomó la palabra:
⸺
Si, como supongo, mis hijas no se mostraron intrigadas por ese hecho, puedo
decir, como tú Amalia, que es una nueva “normalidad” a la que no termino de
adaptarme; no obstante, según parece, las nuevas generaciones sí. A lo que me
opongo es a que induzcan a los niños y jóvenes, a orientarlos hacia esa
realidad, si aún no tienen madurez mental y emocional, ya no digo racional, para
aceptarla y más, participar en ella. Eso pienso.
No
dije ni pío. Coincidí con mi primo y, en silencio, me comí otro tamal verde, mi
favorito.
josearenasmerino@gmail.com
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