Lunes 15 de mayo de 2023
Letras de Arenas
Pepe Arenas,
presenta:
“Las Peripecias,
por P. Périz Copio”
JUSTICIA
Para
justificar mi presencia, aunque sé que mi tía Rita me invita a cambio de nada,
si acaso el gran cariño que le profeso, pasé a la panadería y compré los bizcochos
que más le gustan, así también llevé ojos de Pancha, ladrillos, laureles y medio
litro de la nata que tanto me gusta.
No
sabía que estaría mi prima Amalia Périz, además de los de casa, es decir, los
hijos de mi tía, Martina y Pato.
Habrán
notado ya que nos resulta muy gratificante mantener viva y activa la relación
familiar. Me siento privilegiado por ello y, puedo decirlo porque me consta, es
un caso poco común que, a pesar del pasar de los años, una generación tras
otra, nos mantenemos unidos y en contacto constante –sobre todo ahora que contamos
con los teléfonos celulares, que facilitan tanto la comunicación–, no sólo
entre los de la rama paterna, sino también de la materna. Las navidades y los
cumpleaños, en particular de los tíos abuelos, son una verdadera pachanga. En
algunos casos, no pocos, nos reunimos en jardines privados en Cuernavaca, que
le queda cerca a muchos de la parentela, porque no cabemos en casas.
Regularmente
hablamos de generalidades, de chismes familiares y otros temas, algunos de
trascendencia y otros no tanto. Mi tía suele referir alguna anécdota de mi tío
Luciano Périz, con quien casó muy joven. Así transcurren los desayunos, pero
este en especial, fue singular por el tema que sobre la mesa puso mi prima
Martina, quien está próxima a recibir su título de Licenciada en Derecho, en la
Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM.
Supo
de un caso, que rápidamente tomó relevancia en los medios de comunicación, de
una mujer a la que hace casi diez años su esposo, por razones no conocidas aún,
le arrojó un poderoso ácido en la cara, el cuello y otras partes del cuerpo; y
que no fue sino hasta hace unos días, un juez sentenció al desgraciado a la
pena mayor que se ha aplicado a un feminicida: 46 años de cárcel.
⸺
¿A eso se le llama “justicia pronta y expedita”? No, aunque la Constitución que
nos rige dice que así debe ser⸺ dijo Martina, y continuó⸺ es inadmisible que un
hecho así no haya sido atendido por un juez de inmediato, dada la gravedad del
caso, no sólo porque se trató de un delito tan serio, sino, en particular,
porque la víctima es una mujer. A lo que quiero llegar, es que si entonces, y
no ahora, se hubiera hecho justicia, el ejemplo que representa este caso y hoy
es motivo de noticia, quizá hubiese evitado que muchos otros ataques no habrían
ocurrido, por el solo hecho de saber que el perpetrador, como ese individuo,
puede pasar más de 40 años en la cárcel, además de tener que pagar una suma
millonaria.
⸺
Tienes toda la razón, prima⸺ apuntó Amalia⸺ y las cosas empeoran, en vez de
mejorar. Basta con que oficialmente se reconozca que al menos diez mujeres son
asesinadas cada día en México, y más de la mitad de ellas a manos de sus
parejas o maridos.
⸺
Pues yo he propuesto, muchas veces, que en las escuelas, desde la Primaria, se
enseñe a las niñas –y a los niños, por qué no– a defenderse, como ocurre en
otros países⸺ dijo mi primo Pato.
Por
ahí nos fuimos, hablando de este y otros casos, mientras dábamos cuenta de la
nata.
josearenasmerino@gmail.com
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