Domingo 16 de abril de 2023
Visitar China significa hacer un viaje
lleno de experiencias y aprendizaje, conocer culturas diferentes y descubrir
lugares y costumbres que motivan el ejercicio del periodismo, señaló José Luis
Uribe Ortega, presidente del Club Primera Plana, al presentar su libro ’De la
Ruta de la Seda al Techo del Mundo’, en el que relata episodios vividos durante
sus viajes a ese país que hoy es una de las grandes potencias del mundo.
Destacó que las visitas a la nación más poblada de Asia Oriental, se derivan del
Convenio que tiene la organización que dirige con la Asociación Nacional de
Periodistas de China (ANPC), cuya vigencia tiene más de 40 años, lo cual ha
permitido ilustrar y enriquecer conocimientos de quienes han tenido oportunidad
de viajar hacia el lejano país asiático.
Puntualizó que el desarrollo de China ha sido inseparable del progreso del
mundo, sus máximos dirigentes aseguran que el adelanto de este país seguirá el
camino pacífico y su política exterior será independiente y de paz.
En su libro, Uribe Ortega resalta que uno de los recorridos programados en
China incluyó la meseta Quinghai-Tíbet, la idea de penetrarse en el misticismo
tibetano, produjo emociones encontradas ante la situación que prevalecía en esa
región –colindante a la devastada nación de Nepal por un terremoto-, pero sobre
todo para conocer las condiciones socioeconómicas de la etnia tibetana.
La Meseta Qinghai-Tíbet, considerada hace 50 años una de las regiones menos
desarrolladas de China, fue objeto de fuerte promoción al desarrollo de la
industria y, en la actualidad ha incrementado su interés en impulsar la
medicina y la educación, además se han construído impresionantes obras en zonas
agrícolas y ganaderas en beneficio de las etnias que las habitan,
fundamentalmente en la tibetana, que con el 92 por ciento es la más importante
población de la zona; así, de manera paulatina, se integra a esa región del
centro-oeste al dinamismo que impera en toda la República Popular China.
En esta obra literaria el autor lleva al lector de la mano en su recorrido por
Xining, capital de la provincia de Qinghai –meseta Qinghai-Tíbet- con 2.5
millones de kilómetros cuadrados de extensión (aproximadamente un cuarto de la
superficie terrestre de China), y cerca de cuatro mil metros de altura sobre el
nivel del mar, que la convierten en la meseta a mayor altura del mundo, -en
ella se ubican dos entidades provinciales: la Región Autónoma del Tíbet y dicha
provincia la cual se destaca por ser el punto de origen de diversos ríos que
cuenta con numerosos lagos, entre los cuales se encuentra el Qinghai -embalse
salado interior más grande de China-; esto le ha valido a la meseta ser
popularmente bautizada como ’Techo del Mundo’. Geográficamente, se ubica en el
centro del país’.
Ahí se encuentra el Museo de Medicina Tibetana, que se fundó en 1999 y es único
en el mundo; en su interior se ubica una pintura llamada zanka que con 600
metros de largo por dos y medio de altura es la más larga del orbe, en ella se
plasma toda la historia de la medicina, y muestra desde la concepción del ser
humano hasta su final.
La sala de exhibición de la medicina tibetana tiene siete etapas que parten
desde mediados del siglo XVII y concluye con el intercambio actual con la
medicina china y el resto del mundo, incluido México.
La lectura del libro ’De la Ruta de la Seda al Techo del Mundo’ despierta la
imaginación y ubica al lector en los lugares recorridos, ya que se describe el
trayecto por carreteras rodeadas de montañas y cubiertas de nieve, así se llega
al Lago Qinghai, Prefectura Autónoma de la Etnia Tibetana, ahí se aprecia un
lago de agua salada –el más grande de china-, y a bordo de un moderno bote, se
cruza el enorme embalse para visitar el otro extremo, donde un singular templo
invita al viajero a rendir culto al Buda.
Refiere el autor que el punto de mayor impacto del viaje fue la visita al
monasterio Kumbum (budista), en donde se encuentran los cánones del budismo. En
la entrada destacan palabras de buda que manifiestan la paz y la felicidad del
pueblo.
El templo se fundó en 1692 y su techo fue hecho con oro, en su interior se
localiza impresionante estatua de buda de más de dos metros de alto, que según
los guías es de oro y sus adornos son perlas naturales. Se percibe un intenso
olor a incienso. Hay un buda ’horrible’ que significa el mal, pero no es
visible porque una tela lo cubre; hay múltiples figuras del buda que dan fama
al templo; cuadros y figuras pintados con colores minerales. En el recinto los
monjes estudian los antiguos cánones del budismo.
Considera que lo más destacado del recorrido fue conocer vestigios budistas
-altamente protegidos por los propios monjes-; el Monasterio de Kumbum, ubicado
en Hainan Prefectura Autónoma de la Etnia Tibetana, despertó expectación puesto
que asistir a un espacio que alberga documentos milenarios, -considerados los
cánones del budismo tibetano- gavetas atiborradas de papeles de hoja de árbol,
la mayoría con un mínimo de mil años, un buda gigante de oro, decenas de
pinturas y bustos de diferentes budas, -algunos dorados y otros ataviados de
atuendos altamente coloridos- enérgicamente vigilados por monjes que impiden
tomar fotografías; grandes salones de estudio y meditación para los monjes;
nativos rindiendo homenaje a Buda; el caminar pausado de los monjes vestidos de
rojo oscuro, así como una serie de impresionantes cúpulas, fueron algunas de
las sorpresas registradas en el poblado y en el propio Monasterio.
Una experiencia altamente gratificante es conocer la zona de la Meseta
Qinghai-Tíbet, pero sobre todo, las grandes riquezas culturales que alberga esa
región, con una historia de más de mil años, puesto que desde el siglo XIII el
budismo experimentó gran florecimiento y aparecieron múltiples templos y
edificios religiosos, además es evidente que el gobierno de la República Popular
de China, presta especial atención a la agricultura y ganadería tibetana
moderna, por lo que se han construido institutos de investigación, museos y
Parques Piloto de Ciencia y Tecnología.
En Qinghai está el origen de tres ríos más importantes de China (Río Amarillo,
Río Yangtzé, Río Lancang) pues también se reconoce como ’la torre de agua de
China’. En Qinghai se descubrieron las reliquias de culturas con historia de
más de 30 mil años, como la cultura Lajia, la Zongri, entre otras. Somos de los
países con antiguas civilizaciones y con diversas etnias. Hace más de 2000
años, aparecieron en Qinghai la ruta de seda y el camino del té y del caballo,
para hacer negocios entre la etnia Han y otras etnias. Actualmente, el 98 por
ciento de la población de la provincia.
Así, cada línea del libro ’De la Ruta de la Seda al Techo, del Mundo’,
transporta al lector a lugares milenarios chinos, desconocidos para quienes no
han tenido oportunidad de viajar al lejano oriente.
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