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H, Matamoros, Tamaulipas:


Codicionometro

 Viernes 2 de diciembre de 2022


Letras de Arenas

Pepe Arenas, presenta:

“Las Peripecias, por P. Périz Copio

 

                                             Codicionometro

Como para corresponder el desayuno de la semana pasada en mi casa –al que no lo invité pues más bien me cayó cuando lo preparaba–, mi primo Xedis, como le decimos de cariño en la familia, me llamó para invitarme ayer a desayunar a la suya.

Como antes lo dije, mi primo Práxedes Périz Popovich –su madre es serbia–, se dice inventor y si bien no ha logrado aún el éxito económico ni el renombre que busca, reconozco que persevera, que no se rinde, lo que, modestia aparte, es una característica de los Périz.

No recordaba haber estado antes en su casa, al menos no en esa a la que acudí con hambre, pues me citó a las 10 y yo acostumbro desayunar a más tardar a las 8; así que en el camino me comí una de las conchas que compré para llevarle, además de una bolsa del mejor café del mundo, el de Coatepec. Xedis se afanó y preparó unas ricas enfrijoladas con queso y crema, al estilo veracruzano, pues una parte de la numerosa familia proviene de ese estado, que por cierto está en mal estado, pero ese es otro tema.

Me platicó que tenía un nuevo invento, el “Ambicionómetro X4T”, y cuando vio la cara de juat que puse, me explicó:

⸺ Este aparatito, primo, es lo mejor que hasta hoy he inventado, verás: se parece mucho al detector de mentiras, ese que has visto que le ponen en los interrogatorios al presunto culpable, sí, ya sabes cuál. Bueno, con el Ambicionómetro X4T, se puede medir precisamente, como su nombre lo dice, cuánta ambición tiene la persona que está pidiendo un empleo, así, el que lo contrata sabe si puede confiar en él, o lo va a robar, bien sea dinero o ideas, o proyectos, qué se yo⸺, me dijo y seguramente esperaba mi reacción, mis preguntas.

Tomé mi taza y él entendió que quería otro poco y me sirvió. Mientras ordenaba mis pensamientos, y esperando saber más, consideré pedirle que me pusiera a prueba con su invento, pero lo pensé mejor, pues no quería exponerme a que supiera que ambiciono ganar mucho dinero, porque nunca lo he tenido, al menos no más que lo suficiente para vivir en la austeridad republicana, la de verdad. Antes de que tomara la palabra, él continuó.

⸺Lo probé con algunos de nuestros parientes, pero no me preguntes con quiénes, pues les prometí no revelar sus nombres, a cambio de ser los conejillos de Indias de mi invento. No tienes idea de lo que me enteré primo, al menos dos de ellos casi hacen saltar el registro del aparato, pues la medición es de 0 a 10 y llegaron uno al nueve, y otro al 9 y medio⸺ comentó y me dejó con la curiosidad de saber quiénes; pero además, así me confirmó que yo no debía participar en la prueba, qué tal que lo decepciono.

⸺ Xedis, ya la hiciste primo, ahora sí que saldremos, quiero decir, que saldrás de esta situación y no tendrás que seguir vendiendo seguros⸺ le dije, sinceramente entusiasmado.

⸺ No, no es así primo querido: luego de las pruebas y de perfeccionar el Ambicionómetro XT4, presenté la solicitud de registro de la patente y la propiedad industrial, y me la rechazaron.

Antes de preguntarle el porqué de esa negativa me dijo:

⸺ Es que me dijeron que tiene una grave falla, pues hay muchas personas cuya ambición no se puede medir, y me dieron un montón de ejemplos, ¿te digo nombres?

⸺ No, no es necesario. Mejor pásame otra enfrijolada y sirve más café, Xedis.

josearenasmerino@gmail.com

 

 

 


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