Miércoles 28 de septiembre de 2022
Pepe Arenas presenta.
Peripecias, por P. Périz Copio
Ayotzi
Llamé a casa de mi tío Justino Copio, el mayor de los
parientes de mi rama materna –de los once es el que aún vive– y la que
respondió fue su esposa, mi tía Esperanza, con la que ya cumplió 62 años de
feliz matrimonio “sí, los hay” pensé. Quería sabe cómo estaban y ella me dijo
que mi tío no estaba del todo bien, que lo notaba deprimido, así que me propuse
visitarlos esa tarde.
⸺ Ahorita baja,
m´hijo, que se echaría una siestecita, dijo, pero ya pasó más de una hora y eso
me tiene muy inquieta, cada día duerme más después de comer, de 20 minutos como
era antes, ahora pueden ser una hora y media⸺ me dijo mi tía y acto seguido,
subió a despertarlo, aunque insistí en que lo dejara descansar.
Me quedé en la sala, viendo un montón de fotografías
que en marcos muy diversos y de tamaños distintos, aparecemos muchos de los
familiares, entre ellos mi mamá y mi papá, bueno, hasta yo estaba en otra, con
mis primos Susana y Francisco, hijos de mis tíos Justino y Esperanza.
Cuando bajó mi tío, no sin cierto esfuerzo según me
pareció, noté que, efectivamente se le veía como indispuesto, tristón. Luego
del saludo y el beso –somos muy efusivos los Copio–, le dije que me apenaba que
mi tía lo haya despertado y hecho bajar, que me deseo era sólo saludarlo.
⸺ No me digas
eso, sabes que siempre eres bien venido a esta casa, tu casa, hijo. La verdad
es que ya estaba despierto, pero como seguramente ya Esperancita te lo dijo,
últimamente no me he sentido con mucho ánimo, estoy como desguanzado, sin
ganas; pero se me pasará pronto, ya verán.
Mientras tanto mi tía volvió de la cocina empujando un
carrito de servicio, de los de antes, con una jarra de café, tazas y un pay de
nuez y dátil que me devolvió a mi infancia, ya que ese mismo era el que en esa
casa siempre había. Le ayudé a servir y la escuché decir:
⸺ ¿Sabes qué
creo?, que tu tío está así por la situación que vive el país. Ya no lo dejo ver
los noticiarios de la televisión: todo es tragedia, violencia, muertos. Ya ves
lo que está pasando con los pobres muchachos de la Normal de Ayotizinapa. Ocho
años han transcurrido y nada se sabe, o mejor dijo, no quieren que se sepa lo
que ellos saben, me refiero al gobierno. Eso es lo que tiene deprimido a tu
tío.
⸺ Bueno, no sé
qué tanto es así, si es eso lo que me tiene un poco apachurrado⸺ terció mi tío
dando un sorbo a su café⸺ pero sin duda eso nos afecta a todos, en particular a
los que tenemos hijos. No quiero imaginar qué habría sido de mí si desaparecen
a Susanita y a Paco, tus primos. No creo que haya nada peor, es más, quizá
suene exagerado lo que voy a decir, pero creo que preferiría verlos muertos que
desaparecidos, eso deben sentir los padres de esos pobres muchachos.
Casi se me quitan las ganas de comer el trozo de pay
que me sirvió mi tía, pero hice un esfuerzo: es el que me gusta más. Estuve a
punto de expresarles a mis tíos lo que pienso al respecto, pero se me adelantó
mi tía:
⸺ ¿Y sabes qué
pienso, hijo?, que ya se nos olvidó el motivo, el pretexto o la razón de toda
esta violencia, de este desquiciamiento en que está el país: las drogas, las
malditas drogas y el dinero que consiguen los que las comercian. Ya deberían
los diputados permitir el libre comercio, así les quitaban el valor de la
prohibición, como pasó con el alcohol.
Me serví otro pedacito de pay y café caliente. Mi tío
Justino también, eso me dio gusto.
José
Arenas Merino
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