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H, Matamoros, Tamaulipas:


CRÓNICA DE UNA LABOR SOCIAL 100% APARTIDISTA

 Lunes 11 de enero de 2021





Crónica de una labor social 100% apartidista

Por Lupita Díaz

La misión inicio a las 9:00 am del pasado sábado, era una mañana fría y nublada, la amenaza de lluvia se veía presente, sin embargo, eso no aminoro el entusiasmo de los que pronto estarían participando en tan hermosa faena que inicio cargando una “traila” con 250 bolsas con despensa básica, aceite, Maseca, leche, frijoles, arroz, sopas, verdura, pollo, salchichas, mortadela y huevo, su destino: 250 familias escasos recursos con muchas necesidades residentes en el ejido La Venada e Higuerillas.

El equipo a cargo de la entrega está conformado por el líder Oscar Lara, quien aporta y recibe donaciones que poco a poco va comprando y almacenando cada uno de los productos, para finalmente hacer la entrega. La Sra. Bety Salazar que además de aportar donativos organiza la logística de entregas, a esto se sumaron un afanoso grupo de amigos y familiares de Oscar son quienes complementan el equipo para hacer llegar tan necesitado cargamento humanitario.

En esta ocasión también se unió a esta labor la Hermana Norma Pimentel, quien trabaja para la Diócesis de Brownsville y está encargada de llevar ayuda humanitaria a los inmigrantes de esta zona. Es una Monja que tiene tanta calidez en su interior que el frio y la humedad no permeaban su cuerpo a través de sus pies que iban cubiertos solo por unos sencillos huaraches  y los Profesores Lilia Lugo y Héctor Díaz quienes con mucho entusiasmo y vocación invitaban y daban instrucciones a los padres de familia a registrar a los niños en sus escuelas respectivas.

El primer destino fue el ejido La Venada en donde se entregó además de la despensa, un colchón a Don Felipe un octogenario que vive con su esposa en una pequeña vivienda hecha de pedazos de madera y cartón que permite la entrada del viento frio y lluvia.   Don Felipe recibió con gran alegría la ayuda que les permitirá a ambos ancianos ya no dormir en el suelo y descansar sus cansados cuerpos en un suave colchón.  De la comida ni que agregar fue de gran ayuda para ellos que por lo menos esta semana no sufrirán de hambre.

En ese mismo ejido se entregaron despensas al resto de los habitantes que se congregaron en casa de uno de los pobladores; de manera organizada cada persona con gran alegría fue recibiendo su despensa.  El recorrido no termino ahí, eso fue solo el principio de una larga travesía de ayuda humanitaria, a cambio de nada, pero llevando en el corazón la satisfacción y el gozo que deja el ayudar a quienes lo necesitan.

Entre los menesteres del equipo que hace la entrega está el de preparar bolsas con 4 piezas de pollo semi congelado, otra bolsa de plástico donde se guardaban un paquete de salchichas y uno de mortadela con diez blanquillos, una bolsa más con verdura y el paquete principal que contenía una canasta básica.  Los niños también recibían, una bolsa llena de dulces, cacahuates y naranjas como aquellas que llegamos a recibir en las piñatas de antaño antes de que nos modernizáramos con dulces americanos.  Los niños también se formaban y recibían su gran tesoro.

Una vez terminada la entrega el equipo partió hacia las Higuerillas en donde en el primer poblado llamado Las Misiones fuimos recibidos por Roberta, una pequeña de 7 años acompañada por otras pequeñas que recibieron gustosas sus bolsitas de dulces con una gran sonrisa que contagiaban y nos hacían sentir que a pesar de la pobreza es posible disfrutar de lo poco que se tiene.

En esa comunidad, los pescadores hicieron acto de presencia para recibir las despensas y algunos nos comentaban que la situación actual se encrudecía por la falta de agua no había suficiente pesca y la presencia del COVID y cierre de restaurantes en el 2020 había disminuido considerablemente sus ingresos provocando que la pobreza se intensificara.

 

Finalmente llegamos a Higuerillas, en el patio de una de las habitantes colocamos nuestras mesas y empezamos a bajar y acomodar las bolsas con despensas, con el mismo contenido que se había entregado en los mencionados puntos geográficos, y uno a uno fueron acercándose las mujeres acompañadas de sus numerosos hijos que también recibieron sus bolsitas con dulces.

En cada lugar Oscar era recibido con gran alegría y esperanza, la gente lo saluda con familiaridad y cariño, no es la primera vez que les entrega este tipo de ayuda ya en otras ocasiones ha hecho lo mismo, en Navidad fue entrega de juguetes y tamales, saben que si Oscar llega a visitarlos nunca llegara con las manos vacías.

La pobreza era parte del paisaje, las pequeñas casas de madera y cartón, los patios llenos de fierros seguramente para sacar algo de dinero extra con su venta y por supuesto las latas de cerveza por las que también se les da algunos pesos por ellas eran parte de la decoración de los patios.  Nadie se quedó sin recibir despensa, las pocas que quedaron fueron entregadas de regreso a Matamoros en el área denominada la Capilla y en las casas ubicadas en la orilla de la carretera donde veíamos que estaban habitadas.  Todos y cada uno de los que recibieron tan preciado regalo daban a cambio una sonrisa y las gracias.

Uno de los ancianos que recibieron la despensa pregunto ¿y esto es de parte de quién?  ¿Qué tendremos que hacer a cambio?  La respuesta por parte de Oscar fue sólida y concreta y con gran humildad le contesto: es de parte de Dios.

 

 

 

 

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