Viernes 11 de diciembre
EN
LAS NUBES
Del
escritor José Antonio Aspiros Villagómez
Carlos
Ravelo Galindo, afirma:
Hemos sido honestos siempre al afirmar que compartir una buena redacción
enaltecedora permite, al que lo aprovecha y a quienes lo leen, estar de acuerdo
en que, de los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso sin duda es
el libro.
El periodista y escritor José Antonio
Aspiros Villagómez en respuesta a “te invito un café”, transforma la oración en
acción y nos hace comprender que se pierde la confianza en la eficacia de las palabras y sin más nos dice: “Más que
aceptada tu invitación a tomar un cafecito; sin azúcar, en mi caso. Y muy
interesantes tus Nubes de hoy, con la obligada mención al café La Habana
(aunque ya me parece muy cargado el que sirven ahora, pero antes eran una
delicia también los sesos a la riojana).
Te faltó mencionar el café Gran Premio con sus exclusivos tamales,
aunque nada que ver éstos con el café (esquina de Antonio Caso y la otra, a una
cuadra de la Fstse).
Y no estoy seguro si fue en el Florián o en el de junto, donde mi mujer
y yo tomamos café en Venecia (¡diez años ya, snif!, sólo me queda la foto),
pues en todo caso faltarían nuestros ilustres nombres (je je) entre los que
mencionas en tus Nubes.
Hace tres años leí un pequeño y sabroso libro sobre el tema y escribí lo
siguiente, si es que gustas leerlo”.
Su título, mencionamos nosotros es “Doble vicio: los libros y el café”.
13 de julio de 2012. Su autor, obvio, don José Antonio.
Integro lo compartimos contigo. Disfrútalo, con un buen y aromático café
humeante.
“Es imperdonable pasar por una librería y no entrar, o entrar y no salir
con un nuevo libro que no tiene que ser necesariamente el best seller del
momento ni uno de los clásicos pendientes de leer, sino tal vez algo para el
divertimento como por ejemplo ¡Cuidado! Café cargado, un volumen de 255 páginas
compilado por Victoria García Jolly y publicado en 2010 por la Editorial Otras
Inquisiciones.
Desde luego, es un libro dedicado a los adictos y resulta provocador
cuando menciona que Balzac tomó 50 mil tazas de café mientras escribió La
comedia humana y que Voltaire “bebía la estratosférica cantidad de 50 a 72 tazas
al día”.
Contiene datos, frases, notas, dichos, citas, cifras, historia, poemas y
relatos acerca de cuanto pueda interesar a quienes tienen el vicio del café,
cuyo grano fue descubierto hace tres mil años en Etiopía.
Desde luego, comenta que “la cafeína es la única droga 100% legal” y
menciona tanto sus efectos como sus beneficios.
El volumen tiene un tamaño muy cómodo y un diseño atractivo, con letra
grande y tipografía variada.
Sus textos son breves y sus ilustraciones abundantes. Los datos están bien
repartidos y su lectura no cansa ni cuando trata sobre frías estadísticas según
las cuales, los principales países productores, México entre ellos, no destacan
entre los mayores consumidores del mundo.
Por sus páginas desfilan pequeñas historias de los principales cafés de
algunas ciudades del orbe como París y Venecia (lugares donde tuvimos el
acierto de saborearlo), e incluye La Parroquia, La Habana, El Jarocho, Café de
Tacuba y otros establecimientos mexicanos también atinadamente visitados ya.
Refiere las diversas maneras que existen para preparar esa bebida, desde
la más sofisticada hasta el peor café del mundo, por el que lleva canela y
piloncillo, con ilustraciones del tipo de cafeteras requeridas y las tazas y
vasos de uso común.
También le da su golpecito a la cadena Starbucks, donde el café no es lo
importante ni lo mejor, sino un pretexto, y si bien en otro momento menciona al
inventor del exitoso café soluble instantáneo -un médico guatemalteco-, omite
el tema de las cafeteras para cápsulas, tan de moda en la actualidad.
El libro forma parte de la Colección Vicios, que se inició con Fumar es
un placer y promete futuras publicaciones acerca de sexo, cerveza, vino,
chocolate, chicle y té.
Los editores reconocen que se trata de una serie “políticamente
incómoda” porque fomenta tales excesos, los cuales “pueden no ser tan malos si
se ven desde el otro lado” y nos permiten percibir la vida “de diferente
manera”.
A juzgar por una cita de Voltaire en esta obra, si a Napoleón lo
hubieran envenenado con café y no con arsénico, habría vivido más años.
Cafetómanos del mundo: buen provecho y feliz lectura”.
Nosotros EN LAS
NUBES hemos sido honestos siempre al afirmar que compartir una buena redacción
enaltecedora permite, al que lo aprovecha y a quienes lo leen, estar de acuerdo
en que de los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso sin duda es el
libro.
El escritor José Antonio Aspiros
Villagómez,
nació el 9 de marzo de 1944 bajo el signo de Piscis en Tacubaya, Ciudad de
México, y estudió en la Escuela de Periodismo ‘Carlos Septién García’ (1964)
pero se tituló como licenciado en periodismo por la SEP hasta 2012.
Tiene
publicados los siguientes libros, sin que por ello se considere “escritor”:
El gran reportaje de los mayas. Sobre arqueología y,
pese a su antigüedad, aún lo buscan lectores en Estados Unidos, donde tienen
sin su permiso, versiones digitalizadas. Tal vez su interés radique en su
tratamiento un tanto esotérico. (Editorial Posada, tres ediciones en 1987, 1988
y 1990). Ahora prepara una versión actualizada.
Los dioses secuestrados. Saqueo arqueológico
en México. (Secretaría de la Defensa Nacional, 1987). No salió a la venta al
público, pues fue edición exclusiva para miembros del Ejército.
25 años en la información. Con las crónicas de
los sucesos ocurridos entre 1968 y 1993, con motivo del XXV aniversario de la
Agencia Mexicana de Noticias. (Notimex, 1994).
Notimex: la imagen ‘sexenal’ de México en el mundo. Crónica histórica de
la hoy Agencia de Noticias del Estado Mexicano, que abarca de 1968 a 2019.
(Comunicadores Unidos, Tamaulipas, y Club Primera Plana, Ciudad de México,
2019).
Manual de operación y estilo editorial. Si bien fue una labor
de equipo, él diseñó el proyecto, coordinó los trabajos e hizo la versión
final. (Notimex, dos ediciones en 1999 y 2000). El siguiente director de la
agencia echó el Manual a la basura; duró un año en su cargo.
Elabora
actualmente la serie en PDF Textos reunidos, con sus artículos y
reportajes escritos durante 60 años sobre temas culturales. La serie incluye la
producción de su esposa sobre tópicos literarios e históricos. También ha sido
coautor o colaborador de otros libros.
Está
casado con Norma Vázquez Alanís, -- una colega periodista egresada de Ciencias
Políticas de la UNAM-- y tiene cuatro hijos de su primer matrimonio, y seis
nietos.
Hay
dos periodistas más en la familia: una de sus hijas (titulada en “la Septién” y
hoy es directora de información) y la hija de ella que estudia en la FCPyS de
la UNAM, pero ya trabaja en un portal de Internet.
Ha
tomado diversos cursos de actualización y especialización, ha sido docente en
el plantel donde hizo sus estudios y se ha desempeñado profesionalmente en
diversas funciones dentro de los medios -desde redactor, reportero y fotógrafo,
hasta jefe de áreas y director editorial-. Sus primeras notas y artículos datan
de 1960, cuando colaboró en algunas publicaciones y fundó periódicos impresos y
murales.
La
mayor parte de su trayectoria transcurrió en cuatro agencias de noticias:
Agencia Mexicana de Servicios Informativos (AMSI, 1964-65), Radionoticias de El
Heraldo de México (1966-1974), Notimex (1976-2006) y Amex (2009). Otros
de sus trabajos fueron en el semanario Mundo Mejor, el diario El
Nacional y las revistas En Todamérica y Automundo.
Fue
colaborador de las revistas Arcano Político, Siderurgia
y Libertas, entre otras. Trabajó en la oficina de prensa del IMSS
y en agencias de relaciones públicas, y desde 2006 hasta la fecha distribuye de
manera independiente sus columnas Textos en libertad y Lecturas
con pátina. Viajó a países de América, Asia y Europa en misiones
periodísticas.
También
ha incursionado en la industria editorial, principalmente como corrector de
libros y como docente en el diplomado sobre corrección de estilo que imparte la
Academia de las Artes de la Escritura de la Asociación Mexicana de
Profesionales de la Edición.
En
ese campo, participó en la producción de Mi vida son mis amigos,
del colega Teodoro Rentería Arroyave, y en la corrección de la novela Sopa
de lima, del compañero Octavio Raziel García, de quien hizo la
presentación en público de su novela México 8.5 Richter.
Ha
impartido algunas charlas a colegas de diversos lugares del país. Ha sido
jurado en varios premios de periodismo, entre ellos dos veces el nacional de
periodismo en salud que organizó el Club Primera Plana.
Ha
recibido algunos reconocimientos, incluidos el Premio México de Periodismo de
la Fapermex y el del Certamen Nacional del Club de Periodistas de México.
Es
miembro de la Academia Nacional de Historia y Geografía, el Club Primera Plana,
el Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo y la Scudería Hermanos
Rodríguez.
(Entre
paréntesis está feliz por el triunfo del mexicano Sergio Pérez el último
domingo.)
En el pasado estuvo en la Unión de Periodistas
Democráticos. En 2017 cambió su residencia a San Juan del Río, Querétaro.
De
la escuela “Carlos Septien García. También, en su oportunidad nos dijo.
Por supuesto que fue forjadora de reporteros,
hoy llamados también periodistas, comunicadores, locutores y etcétera.
craveloygalindo@gmail.com
0 Comentarios