-Fiscalía vs defensa
-¿Testigo protegido?
-Cuando “la mula es terca….”
SIN duda, el congelamiento
de los tiempos legales solicitado por la Fiscalía del Distrito Este de Nueva
York ante la posibilidad de una negociación con el acusado GENARO GARCÍA LUNA,
ha incrementado la incertidumbre entre muchos políticos mexicanos.
En efecto, después de
declararse no culpable en una Corte Federal, acusadores y defensores del
exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de FELIPE CALDERÓN HINOJOSA han
entrado en el terreno de la negociación.
Actualmente, fiscalía y
defensa analizan los elementos jurídicos de cargo y descargo con miras a evitar
un juicio público ante un Jurado, lo que, a su vez, se traduce en reducción de
costos e incertidumbre.
Lo anterior, obviamente,
siempre y cuando GARCÍA LUNA acepte y se declare culpable de un cargo menor y,
en contraparte, la fiscalía retire las acusaciones más graves.
Cabe señalar que la
negociación no implica necesariamente que el también director de la Agencia
Federal de Investigaciones (AFI) durante el gobierno de VICENTE FOX QUESADA, se
arrope en el programa estadounidense de testigos protegidos.
Fiscalía y defensa pueden
negociar culpabilidad e información a cambio de una sentencia menor que pueda
ser cubierta con algunos años en prisión. De comprobarse los delitos que le
imputan podría alcanzar una pena entre 20 y 25 años de prisión; en eventual
negociación la reducción estimativa sería entre 10 y 15 años.
Ahora que, si GENARO
GARCÍA LUNA aporta información relevante que los fiscales yanquis puedan
emplear para fortalecer otros expedientes o bien iniciar nuevos juicios,
entonces sí, cabe la posibilidad de que se integre al programa.
De ahí la importancia que
reviste la negociación que mantienen los abogados defensores del exsúper
policía mexicano y los fiscales del Distrito Este de Nueva York, allá en la
Unión Americana.
Una vez que la fiscalía
identifique ante la defensa los testigos de cargo y muestre sus principales
pruebas a los abogados de GARCÍA LUNA, seguramente, a partir de ahí, podrían
surgir las bases para la negociación a cambio de ciertos beneficios.
Sobra decir que a ninguna
fiscalía le agrada perder un juicio en una Corte Federal, por lo que no es
aventurado predecir que las pruebas en contra del mexicano son realmente
contundentes.
Concatenando temas, no
pasó desapercibida la aseveración del actual secretario de Seguridad y Protección
Ciudadana, ALFONSO DURAZO, al afirmar que en el gobierno de la Cuarta
Transformación nunca habrá un GENARO GARCÍA LUNA.
En primer plano, nada que
pudiera estar fuera de contexto luego de la detención de éste en los Estados
Unidos de Norteamérica.
Sin embargo, DURAZO
prácticamente juzgó a su exhomólogo, pasando por alto que se encuentra en
juicio y, por lo tanto, bajo la presunción de culpabilidad. Una vez que el Juez
dicte sentencia, GARCÍA LUNA será culpable o inocente.
Mientras eso sucede, la
incertidumbre permea entre los excolaboradores más cercanos al exsecretario de
Seguridad Pública Federal y, por supuesto, entre los propios mandatarios
nacionales a quienes les aceptó esa gran responsabilidad.
Asimismo, desde su
encierro en una cárcel norteamericana, GENARO GARCÍA LUNA analiza y evalúa
todas las cartas que tiene en sus manos para, al menos, lograr una sentencia
menor que le permita recuperar su libertad a mediano plazo.
DESDE EL BALCÓN:
¡Por fin! ¡Vaya! ¡Eureka!
¡Albricias! Más vale tarde que nunca.
Lo anterior cabe a la
perfección en lo anotado durante el informe anualizado 2019 de TEODORO RENTERÍA
ARRÓYAVE sobre los asesinatos de periodistas en México.
En el primer subtítulo
indica: “En el 2019 y en lo que va del régimen de Andrés Manuel López Obrador,
se cometieron 16 asesinatos presuntamente atentatorios de las libertades de
prensa y expresión…..”.
Por fin, la lucidez ganó
una batalla (más no la guerra) a la senectud y se utilizó el término
PRESUNTAMENTE (así, en masyúsculas) que es lo correcto periodística y
jurídicamente.
No se debe asociar de
inmediato el homicidio de un periodista con un atentado a las libertades
primarias, aunque, eso sí, se debe exigir a la autoridad competente que se
incluya en las líneas de investigación la actividad periodística de la víctima,
ante la PRESUNCIÓN de que el atentado esté relacionado con el ejercicio de la
profesión.
Así de simple y de
sencillo.
Aunque, como dicen en el
rancho, “cuando la mula es terca…”
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
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