Lunes 7 de abril de 2025
Letras de Arenas
Pepe
Arenas, presenta:
“Las
Peripecias, por P. Périz Copio”
MONSTRUMP
| Me la hizo otra vez mi primo Saúl: me
invitó a desayunar, pero puso como condición que fuera, en el Sanborn’s. Tal
parce que es accionista, o más, socio de Slim. Acepté, sólo que yo también puse
una condición: que no pretendiera, como lo hizo antes, que lo secundara en su
actividad deportiva, pues yo no nací para el ejercicio físico.
Luego de los saludos de rigor y
enterarnos de cómo está la familia –en este caso mi familia materna, los
Copio–, nos pusimos al tanto de lo que hemos hecho en las recientes semanas.
Saúl es hijo de mi tío Heriberto, ya jubilado de la Policía Federal, a tiempo
de que la desapareciera el anterior gobierno, y a pesar de la influencia
paterna, decidió no dedicarse a la misma actividad, porque su vocación no era
esa, aunque en cierto modo se dedica a la investigación, pero no policiaca,
sino mental, es decir, es psicólogo.
Se acercó la mesera a preguntar qué
ordenaríamos para desayunar, pero Saúl le pidió que volviera unos minutos
después, ya que esperábamos a una persona más, no obstante, podría servirnos el
café. Le pregunté quién era el otro acompañante y antes de que me respondiera,
apareció en escena un viejo amigo: Jeremías Gallegos, un antiguo amigo con el
que fuimos la secundaria hace centurias. Él cometió un fraude en el banco en el
que trabajó algunos años, y cayó en el bote, del que salió luego de purgar
sentencia. Fue una grata sorpresa, luego de tanto tiempo de no verlo.
La señorita regresó y tomó la orden.
No habían pasado diez o quince minutos cuando caímos en el tema que, en lo
personal, ya me aburre: los aranceles de Trump.
— ¿Sigues en el ámbito de las finanzas? — Le
pregunté a Jeremías, esperando no haber metido la pata.
—
Sí, soy asesor de varias empresas y, como podrán suponer, me sobra trabajo, con
el relajo que ha generado el buen Donald. La incertidumbre ha motivado a los
inversionistas a tomar todo tipo de decisiones, desde retirar fondos, hasta
invertir en fuera del país. Ahí estoy yo, orientando a los magnates. Me está
yendo muy bien.
—
No confíes mucho en él, si es que lo haces Jere, porque te puedo asegurar que,
por su perfil psicológico, y su imprevisibilidad, pueden llevar a tus
asesorados a la quiebra, como está ocurriendo ya en su propio país. Mira, te
diré cuáles son algunas de sus características: es narcisista, ególatra,
inseguro de su masculinidad, por ende, misógino; racista y homófobo y con una
clara tendencia al desorden. Todo esto, y mucho más es prueba de un claro
trastorno de inseguridad.
—
Tienes razón Saúl, y mis colegas, que se dedican a lo mismo que yo, opinan como
tú; sin embargo, te diré que yo me divierto y gano buena lana, y no con mi
dinero, por cierto.
Estuve
a punto de agregar que no difiere mucho del perfil psicológico de Adolfo
Hitler, pero en ese momento trajeron los chilaquiles verdes con pollo y no
resistí a empezar.
josearenasmerino@gmail.com
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