Domingo 2 de febrero de 2025
Letras de Arenas
Pepe
Arenas, presenta:
“Las
Peripecias, por P. Périz Copio”
Trumpón
Estábamos de sobremesa en
casa de mi tío Rodolfo, exdirector de una Escuela Preparatoria, ya jubilado,
cuando apareció Arnoldo Périz Caballero, uno de mis primos más queridos,
compañero de aventuras adolescentes. Llegó con Mariana, su esposa, con quien
montó una fábrica de zapatos en León. Me dio mucho gusto verlos, en particular
a él.
Luego
de ponernos al día de las novedades familiares, lo que nos tomó más de una hora
pues somos una numerosa banda, (como lo es mi otra rama, los Copio), caímos
obligadamente en el tema del que habla todo México desde el 20 de enero, o aún
antes, es decir, antes de que no pusiera la mano sobre las biblias –lo que no
todo mundo notó– el nuevo presidente de los Estados Unidos de América, Donald
John Trump.
Y
cómo no referirnos a ese señor, luego de que de entre todas sus amenazas, la de
los aranceles a los productos mexicanos es prácticamente un hecho, sólo faltaba
en ese momento que firmara el decreto, o la orden ejecutiva, como dicen los
gringos; pero dimos por hecho que lo haría. Dijo entonces mi primo:
— Lo que acabo de escuchar en una estación de radio
en el coche, de camino aquí, me dejó alelado: la presidente de la Cámara de la
Industria de la Transformación, la Canacintra, de la que soy socio, desde
luego, dijo, y cito casi textualmente: “estoy en shock, me dejó helada la
noticia de que efectivamente cumplió con lo de los aranceles”. Y la periodista
le preguntó si tenían ya una estrategia para enfrentarlos, y respondió que no,
porque no esperaban que lo hiciera realidad. Sí, tío, yo tampoco lo podía
creer, y así como tú, puse cara de sorprendido.
— A ver, a ver. Soy el más viejo de los presentes, y
de muchos ausentes, por supuesto, y les puedo decir que aquí se cumple aquel
viejo adagio que reza “la historia, cansada de crear, se repite”, y me refiero
en este caso específico a que también los personajes de la historia aparecen
reiteradamente, como si vinieran del pasado, y toman una vez más un sitio
primordial en el escenario. No me refiero a alguno de la historia reciente, de
donde podríamos tomar algunos ejemplos, sino a otro que también hizo lo que
parece pretende hacer este señor Trump. Hablo de Gengis Kan, que fue un guerrero
y conquistador mongol, temido por su ferocidad, fue sometiendo a otros pueblos,
basado en la fuerza de sus ejércitos y sus armas modernas, y la tecnología de
su tiempo, como los estribos, los arcos compuestos, las armaduras de cuero y la
pólvora. Así fue unificando para su imperio regiones enteras de China, Persia,
Mesopotamia, Europa Oriental y parte de Rusia. El moderno Gengis Trump, me
parece, está siguiendo el modelito.
— Me asusta
escucharte tío, y me pregunto si no somos la Mesopotamia o Persia de hoy— dijo
Arnoldo.
La
conversación continuó y escuché con atención. Les propuse abrir la botella de
Bailys Irish Cream que saqué en una rifa, y así fue como el panorama pareció
menos rudo.
josearenasmerino@gmail.com
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