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H, Matamoros, Tamaulipas:


TERRORISTAS II

 Domingo 23 de febrero de 2025


Letras de Arenas

Pepe Arenas, presenta:

“Las Peripecias, por P. Périz Copio”

 

TERRORISTAS II

 

La conversación se prolongó hasta casi la hora de la comida. El argumento que puso mi tío abuelo Justino, en el sentido de que, como dijo la presidente, de aquel lado también hay cárteles que también se pueden calificar de terroristas, y que además no es tolerable que pretendan, o al menos que piensen en actuar las fuerzas norteamericanas en suelo patrio, es inadmisible, pues atentarían contra la soberanía mexicana, tuvo su respuesta. Dijo Paco:

— Pero si no pueden el ejército y la guardia nacional contra los criminales que parecen muy bien organizados, nos vendría muy bien un refuerzo, de donde venga, y lo ofrecen los gringos, pues bienvenidos.

Mi tío Heriberto vio con ojos de pistola a Paco, y yo interpreté algo así como “no contradigas a mi papá” quizá considerando su edad, así que salió en su defensa:

 A ver, Paco, querido sobrino, piensa en las consecuencias y no olvides lo que ha ocurrido con las intervenciones de los gringos, como les llamas, en otros países: según su argumento, lo hacen para ayudar a los pueblos que se ven amenazados, como los colombianos que sufrieron por el narcotráfico que encabezó Pablo Escobar. Lo aniquilaron con la información de su inteligencia, pelearon para vencer a los guerrilleros, pero luego se salieron y dejaron un tiradero terrible. Hoy se produce muchísima más cocaína en Colombia que en las décadas más recientes y nuevamente hay grupos de la guerrilla. No sirvió de nada, al menos no en este presente.

— Sí, tío, pero si el gobierno del anterior sexenio, como ya se ve, toleró y quizá propició que los cárteles se apoderaran de gran parte del territorio nacional, y el gobierno actual parece incapaz de enfrentarlos y vencerlos, es tiempo de aceptar la intervención del presidente Trump.

— Hmmm, eso sólo si es en términos de colaboración, como propone Claudia, de otro modo sería como una invasión, por eso están negociando los enviados mexicanos.

Mi tía Esperanza apareció en la sala con una vianda de frutas y botanas varias, pretexto suficiente para tomar un tequila acompañado de trozos de jícama con sal, chile y limón. Pero no paró la conversación.

 Pues, como ya se dijo, sí son terroristas, por el simple hecho de que causan terror–apuntó mi tía Lupita, la esposa de Heriberto– de modo que como dijeron en las noticias, esos grupos ya son para el gobierno gringo, te-rro-ris-tas. No hay para dónde hacerse, así que Paco tiene razón, debemos aceptar su participación para acabar con ellos, si con la colaboración o cooperación del gobierno mexicano, mejor.

Entonces, luego de reflexionar y escuchar a los demás, habló el tío Justino, desde la sabiduría de sus casi noventa años:

— No me retracto de lo dije: no podemos permitir que vengan de fuera los extraños enemigos a profanar con su planta el suelo nacional; sin embargo, ahora que lo pienso mejor, también hay enemigos internos, así no sean de fuera, es decir, que si se trata de defender a México, si los propios nacionales son una amenaza a la soberanía, quizá lo mejor será aceptar el apoyo de los norteamericanos.

Casi aplaudo. Me contuve, y serví otra ronda de tequila.

josearenasmerino@gmail.com

 

 

 


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