Lunes 17 de febrero de 2025
Letras de Arenas
Pepe Arenas, presenta:
“Las Peripecias, por P. Périz Copio”
TERRORISTAS I
Mientras escogía de mi exiguo guardarropa qué
ponerme para ir a desayunar a casa de mi tío Justino Copio, como muchos otros
sábados, me dije, así en voz alta: que, por favor, no caigamos en el tema de
moda, no quiero oír más de Trump, ya basta de hablar de ese tipo. Pensé
inmediatamente que eso es imposible, pues ya se apropió de las conversaciones
entre amigos, familiares y hasta vecinos.
Mi tía Esperanza –le choca que le digan
“Esperancita”– me encargó que llevara pan, un surtido de pan para acompañar el
café, así que pasé a “El pan nuestro” y llené la charola de las piezas que ya
sé son del gusto de mis parientes, y llegué caminando, pues no viven tan lejos
de mi casa, de mi departamento, pues.
Estaban ya ahí mi tío Heriberto, hijo de mis tíos
abuelos Justino y Esperanza, su esposa Lupita y su hija Liliana, mi prima, la
revolucionaria de la familia, como le dice su abuelo, por ser activista pro
aborto, madre soltera y aguerrida maestra, lo que le viene de familia ya que mi
tío Justino, su abuelo, es ahora un maestro jubilado, pero fue líder del Sindicato
Nacional de Maestros y hasta visitó Chirona un par de veces.
No terminaba de saludar a los presentes, cuando otro
primo, Paco Copio Gómez, catedrático universitario, también invitado como yo,
le decía a Heriberto:
— A ver, tío, tu hiciste una carrera de más de
treinta años en la policía, de hecho, en diversas corporaciones policiacas,
según recuerdo, a ti te pregunto, qué es el terror, qué significa.
Entendí entonces que ellos habían iniciado ya una
conversación derivada del tema que yo hubiese querido no saber más, al menos no
hoy.
— Está fácil, Paco, te leo lo que dice el
diccionario en Google: “terror es una emoción que se manifiesta como un
miedo muy intenso, que se activa ante amenazas”
— Ahí, tienes: eso es lo que siente alguien que va
por una carretera de noche con su familia y se encuentra con un retén, y si esa
carretera está en Sinaloa, puede más que terror, ser pánico. Por eso insisto en
que calificar de terroristas a las organizaciones del crimen organizado, es
correcto, de modo que si, como parece, los gringos están dispuestos a
intervenir, así no sea con tropas pisando territorio mexicano, sino con otros
métodos y medios para acabar con ellos, debería el gobierno no sólo autorizarlo,
sino aplaudirlo y agradecerlo.
— No estoy de acuerdo con tu argumento —dijo el tío
Justino— así no fuere poniendo su planta en suelo nacional, no deja de ser un
acto injerencista, una invasión, en este caso tecnológica. Me parece
inadmisible, y como dice la titular del Ejecutivo, si aquí hay carteles de
drogas, los que las surten del otro lado, también lo son, ergo, deben
llamárseles también terroristas y actuar en consecuencia.
— Pero no lo han hecho tío, quiero decir, así
tengamos un ejército y una llamada guardia nacional, parecen ya rebasados, por
lo que no vendría mal una ayudadita con drones y tan-tan— repuso Paco.
Estuve tentado de intervenir con mi opinión, cuando
la tía Esperanza llamó al comedor. Pensé que el tema no estaba ni mucho menos
agotado. Me senté y tomé una campechana.
josearenasmerino@gmail.com
0 Comentarios