Sábado 18 de enero de 2025
Letras de Arenas
Pepe
Arenas, presenta:
“Las
Peripecias, por P. Périz Copio”
TRUMPADAS
Mi primo Saúl Copio, detective
privado –así dice su tarjeta de presentación– me llamó la noche anterior y me
propuso que viniéramos, hoy sábado, a correr a la pista de tartán del estadio.
Supongo que estaba ya adormilado cuando acepté acompañarlo y apenas acaté a
poner el despertador. Esta mañana, cuando sonó, hice un esfuerzo por recordar
porqué lo puse, pero finalmente, luego de bañarme, me enfundé en los pants,
como les dicen los deportistas y acudí a la cita.
Me sorprendió ver el numeroso
contingente de personas que van a ejercitarse: había mujeres jóvenes y no tan
jóvenes, así como varones y niños. Hacían movimientos de calistenia, como
calentando los músculos para correr o trotar. Entre ellos estaba Saúl, que al
verme me hizo una seña para que me acercara.
—
¿Qué pasó primo? Pensé que te habías echado para atrás, pero ya veo que hasta
con tenis pants llegaste. ¿Estás listo para trotar un rato?
—
La verdad, querido Saúl, no estoy en condición, hace no sé cuánto tiempo que no
lo hago. Te propongo que caminemos un rato, y quizá luego me anime y trotamos,
como propones.
Mi pariente aceptó y nos encaminamos
hacia la pista, en el lado derecho, donde quienes, como yo, prefieren una
caminata que dure, y no un trote que mate. Además, mientras se camina, se puede
conversar sin fatigarse por falta de aire. Luego de responder a mi pregunta de
cómo está la familia, caímos en el obligado tema: ahí viene Trump.
—
Pues no sé qué opinas tú, pero a mi sí me inquieta mucho lo que creo que viene
para México con esta segunda vuelta de Trump, como dicen, con esteroides. Tengo
presente que leí en un diario gringo, no recuerdo cuál, que en más de una
ocasión uno o más de sus colaboradores incumplieron con la instrucción de
publicar las órdenes ejecutivas ya firmadas por el entonces presidente,
corriendo el riesgo de ser sancionados, frente al riesgo que representaba
cumplir la orden. Creo recordar un caso en que pretendía enviar fuerzas
militares a un país del continente africano para derrotar a un supuesto
dictador, sin sustento en informes oficiales.
—
¡Vaya!, me asusta saberlo, sobre todo ahora que, como dices, viene recargado y
con mayor apoyo de los suyos. ¿Qué opinas de la respuesta de nuestros
gobernantes a sus amenazas?
—
No son amenazas, primo, son avisos. Estoy casi seguro de que va a cumplir cada
uno de ellos. Lo que nos puede salvar es que ocurran dos cosas: por un lado,
que la presidente, bueno, presidenta, como ella se dice, deje de responder cada
aviso pretendiendo ponerse al tú por tú con Trump, porque es un Sansón, y mejor
es jugar canicas con él, que ponerse a las patadas. Parece que ya lo entendió y
le bajó dos rayitas; y por el otro lado, que se pueda negociar con su equipo,
ahí sí, no de igual a igual, pero sin ánimos imperialistas.
El tiempo pasó y caminamos un rato
más, en silencio, pues yo estuve cavilando acerca de su opinión. No creo haber
dado más de tres vueltas a la pista, cuando declaré que el hambre me agobiaba,
así que Saúl aceptó que fuésemos a desayunar. Dudo que vuelva a invitarme a
hacer ejercicio.
josearenasmerino@gmail.com
0 Comentarios