Lunes 9 de septiembre de 2024
Letras de Arenas
Pepe Arenas, presenta:
“las Peripecias” por P. Périz Copio
ALARMA
— Primo, por favor, pásame la sal.
Le acerqué a Martina el salero, y me agradeció con un gesto. Me pareció que
tenía prisa, como si no fuera un domingo más, es decir, un día de bajar la
velocidad, de reposar y disfrutar de un desayuno familiar, de los que tanto me
gustan ahí, en casa de la tía Rita, la viuda de mi tío Luciano Périz.
Además de mi tía y Martina, su hija, estaban también Patricio, o Pato, como
le decimos en familia, su otro hijo; y otro primo, Arnoldo Périz Caballero y su
esposa Mariana, a quienes no veía hace mucho tiempo, por cierto. Él es ingeniero
civil, egresado también de la UNAM, como lo será Martina, que actualmente cursa
el último semestre de la Licenciatura en Derecho.
También mi tía notó que Martina parecía ansiosa, acelerada, así que le
preguntó cuál era la prisa si no era un día para acudir a la universidad.
— Voy a reunirme con mis compañeros y de otras universidades a la Columna
de la Independencia, al Ángel, a la manifestación en contra de la llamada
Reforma Judicial que pretende imponer el gobierno, es decir, el presidente. No
podemos dejar de expresar nuestro sentir, nuestro rechazo, a que los jueces,
magistrados y ministros se elijan por votación popular.
— Pero hija, no sabes a qué los van a exponer, qué tal que reaccionan con
la fuerza pública, por favor, piénsalo bien. No puedo imponerme, ya no eres una
niña, pero apelo a tu inteligencia. Te pido, por tu bien, y por mi
tranquilidad, que lo consideres dos veces.
— Ya lo decidí mamá. No podemos quedarnos callados, cuando vemos que es una
aberración elegir a quienes tienen en sus manos la vida, el patrimonio, la
libertad, de las personas, cuando para ser juez hay que hacer propiamente otra
carrera, la judicial, además de la de abogado, no sólo tener el título. Imagina
que soy yo la que fui falsamente acusada y el que dictará mi sentencia no está
preparado para eso, para hacer justicia. No te preocupes, mami, no correré
riesgo, pero no puedo fallarle a mis compañeros, ni mucho menos a mi país,
quedándome callada.
Cuando salió, Arnoldo dijo:
— Tía, tía querida, no te preocupes. Martina está haciendo lo que hicimos
antes, como mi tío en el 68 y muchos más en otras ocasiones para construir lo
que ahora quiere el gobierno derruir. Ella está consciente, estoy seguro, de
que ese es su papel, en especial cuando está por recibir su título de abogada.
No pude estar más de acuerdo con mi pariente, así que no agregué nada, sólo
más sal a los huevos al albañil. También en eso estuve de acuerdo con Martina.
josearenasmerino@gmai.com
0 Comentarios