Domingo 11 de agosto de 2024
Letras de Arenas
Pepe Arenas, presenta:
“Las Peripecias de P.
Périz Copio”
PROGRESO
Fue una muy grata
sorpresa ver llegar a mi tío Arnulfo Copio Soberanes y su mujer, mi tía
Adolfina. No sabía, cuando me invitó mi primo Felipe Copio Solís, marido de Marcela,
que acudiría a esa comida familiar el buen tío Arnulfo, maestro jubilado que,
al término de sus más de treinta años, concluyó su paso por la Secretaría de
Educación Pública como director de una escuela Preparatoria, donde se desempeñó
los últimos seis años. Y hablando de años, pasaron al menos dos desde la última
vez que lo vi, precisamente en su cumpleaños, en su casa.
Felipe estaba de
cumpleaños, precisamente, por eso Marcela le preparó una rica variedad de
platillos y celebrar así, petit comité, pues según aclararon, mañana
salen los tres de viaje a un paseo en crucero por la Florida. Digo los tres
porque irá con ellos su hija, mi sobrina Florencia, que casualmente ayer
cumplió dieciocho años, y ese fue motivo suficiente para realizar ese viaje, aprovechando
las vacaciones escolares, porque Felipe es maestro de Música en la universidad
y está de asueto.
Sabía que era por su
cumple la comida, así que llegué con la consabida botella de mezcal Oxhoa,
además de un flan de queso, mismo que compré, pues soy incapaz de hacerlo:
estoy negado para la cocina, confieso.
Como es comprensible,
siendo mi tío y mi primo docentes, se habló de lo que puede esperarse del
desempeño de futuro titular de la SEP y, lo menos que mi tío dijo fue que no
espera ningún avance, y que si no hay un retroceso ya será ganancia. Felipe fue
aún menos optimista, pues manifestó de plano su temor:
— No sé qué pasa con
nuestros gobernantes: oímos decir de los impresionantes avances de países que
hace menos de veinte años estaban muy atrasados en materia de enseñanza y
aprendizaje y que, gracias a que invirtieron talento, esfuerzo y recursos, en
sólo tres generaciones ya salieron adelante y tienen espectaculares avances,
mientras que aquí seguimos en el proceso de ensayo y error, a pesar de que contamos
con expertos, a los que no consultan, tal parece que prevalecen intereses
políticos antes que el ánimo de progresar y salir de la mediocridad, ¿o me
equivoco tío?
— Desafortunadamente no,
sobrino querido. No obstante que ya me retiré de la función docente hace casi
cuatro años, mantengo comunicación con mis excolaboradores y amigos de mis años
en esa Secretaría, y opinan como tú: a aquellos que tienen mucho qué aportar
para mejorar los planes y programas de educación de todos los niveles, los
menosprecian y les ponen a realizar funciones administrativas.
— Ahí están los
resultados del propio gobierno con información oficial acerca del atraso de los
alumnos que cada vez saben menos, que no leen, vamos, que no saben ni la más
elemental aritmética, por ejemplo. No sé qué va a pasar con la llegada de los
nuevos funcionarios, pero no espero mucho, si acaso, como dices, que no nos
atrasemos más.
Marcela, inteligente –como
todas las mujeres–, con un gesto discreto dirigido a Felipe, le hizo entender que
estábamos de reunión familiar, es decir, que el tema no era para ser tratado en
una reunión para celebrar los cumpleaños; y acto seguido, propuso partir el
pastel de chocolate y almendras que preparó mi sobrina Florencia, y mi tía
Marcela se acomidió a ayudar a repartir los platos con sendas rebanadas, luego
de que escuchamos “Las Mañanitas” en el celular de Florencia.
Cuando me tocó mi
rebanada de pastel, le pedí a mi prima que también de diera una de flan.
josearenasmerino@gmail.com
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