Nuevas Noticias
Cargando...


H, Matamoros, Tamaulipas:


PRESUPUESTO

 Martes 5 de septiembre de 2023


Letras de Arenas

Pepe Arenas, presenta:

“Las Peripecias, por P. Périz Copio”

PRESUPUESTO

No fue sino una falsa alarma, un susto el que nos dio mi tío abuelo Justino Copio, el último de esa generación de brillantes parientes –modestia aparte– ya que no fue un infarto al miocardio, como dijo el médico general, sino una descompensación cardiaca que le produjo el viaje de la Ciudad de México a Cuernavaca en apenas tres horas, de ida y vuelta. Nos aclaró que subir a tres mil metros y bajar a los mil quinientos de Cuerna, y de regreso en tan breve lapso, le produjo una alteración circulatoria.

Me tranquilizó saberlo, pues si vinieron mis tíos Justino y Esperanza fue para celebrar el cumpleaños de su nieta Carmelita, en un jardín al aire libre en la carretera federal, donde no hay refugio y el tormentón que cayó los hizo regresar casi de inmediato.

Eso me comentó Heriberto, mi tío, hijo mayor del último de esa generación Copio. Me dijo también que la consecuencia de ese susto fue una descompensación, pero de su presupuesto, ya que tuvo que pagar la cuenta del hospital privado al que llevaron a su papá de regreso a la Capital, pues, efectivamente, parecía un ataque cardiaco.

Heriberto, que se desempeñó como policía ministerial por más de treinta años, me invitó a comer a su casa, con Lupita, su esposa y Liliana, su hija. Llegué con la consabida botella de mezcal Oxhoa y no me dejó abrirla, pues aún tiene la que traje la ocasión anterior, me dijo.

Mientras Lupita nos llamaba a la mesa, Liliana nos acercó unos boquerones con chile piquín y limones para degustar el mezcal.

⸺ Desde luego que pudimos ir a un hospital público, pero el incidente nos pescó en plena carretera, así que no lo pensé y fuimos a dar a uno privado. Lo primero que me pidieron fue la tarjeta de crédito para abrir una cuenta. En momentos así, no lo piensas, es casi un acto reflejo. Mejor no me preguntes cuánto pagué por menos de 18 horas de estancia, la atención médica, el electrocardiograma y no sé qué más. La cosa es que me hicieron un agujero en la cartera.

Liliana intervino entonces:

⸺ Esta mañana escuché el noticiario de Carmen y dijeron que ya van a analizar la iniciativa del presupuesto federal, y entre otras cosas que llamaron mi atención, está precisamente el tema de los hospitales y la atención a los adultos mayores. Oí, que pretenden no sólo reducir la edad para recibir lo que mucha gente dice ser “la ayuda del presidente”, de modo que si aprueban la iniciativa, ahora será a partir de los 60 años; pero además, que van a incrementar la cantidad a seis mil pesos, y yo pregunto ¿de dónde va a salir esa cantidad de dinero, de dónde?

Estuve a un tris de opinar, pero mi tío se adelantó:

⸺ Ese tema ya no le tocará resolverlo a este gobierno, al menos no totalmente, pues si aprueban la iniciativa, será la siguiente administración la que cargue con la bronca, de modo que si no hay más recaudación –que no se de las remesas, claro–, y no haya inversión para cobrar impuestos, simplemente no podrá cumplir quien llegue al gobernar, porque, para complicarlo más, habrá más viejos, perdón, quise decir, adultos mayores.

Una vez más quise intervenir, pero Lupita nos llamó a comer, y la verdad, moría de hambre. Mi tía es una espléndida cocinera.

josearenasmerino@gmail.com

 

  

 


Publicar un comentario

0 Comentarios