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H, Matamoros, Tamaulipas:


TRASPLANTES

 Martes 25 de abril de 2023


Letras de Arenas

Pepe Arenas, presenta:

“Las Peripecias, por P. Périz Copio”

TRASPLANTES

Esta mañana fue muy agradable, de esas que voy a recordar por mucho tiempo. Resulta que fui a desayunar a la casa de mi tía Rita Martínez, viuda de mi tío Luciano Périz, como cada semana lo hago, aunque no el mismo día, pues depende de varios factores, entre ellos el más importante: qué actividad me espera.

No obstante que nada me pidió, decidí llevar diversas piezas de pan dulce de la panadería “El Pan Nuestro”, donde tienen la tahona a la vista y los dos panaderos trabajan de cara al consumidor, lo cual es motivo de confianza, además, son muy sabrosas.

Digo que fue una agradable mañana, un día para recordar, porque mi tía me refirió que su hijo Patricio, al que como ya saben le decimos “Pato”, tuvo el gesto, la iniciativa, de obsequiarle un automóvil a su hermana Martina, como premio por haber concluido sus estudios de Licenciatura en Derecho y no sólo eso, sino que lo hizo con una calificación general de 9.1 como promedio, lo que nos llenó de orgullo a todos los Périz.

Desde luego que ella sabía que su hermano había dispuesto de sus ahorros, o parte de ellos, para hacerle ese regalo tan merecido, así que decidió, como respetuosa de la Ley, tramitar su licencia de manejo, para lo cual tomó un breve curso, y una vez que lo aprobó, recibió el ansiado documento.

Mientras mis primos bajaban a desayunar, mi tía me convidó un riquísimo café de Coatepec, Veracruz, el que preferimos no sólo los Périz, sino también los Copio, a quienes poco a poco, dándoles a probar ese rico elixir, los convencí de consumirlo.

Ella estaba muy contenta, complacida del gesto de buena voluntad de Pato, aunque me dijo, en corto, que le daría doble gusto si él concluyera la carrera que dejó trunca.

⸺ A tu tío le habría hecho feliz ver titulados a sus dos hijos, pero ya ves, Pato es muy testarudo.

Le dije que no perdiera la esperanza, que quizá pronto reanudaría sus estudios.

Estábamos en eso cuando ambos bajaron y tomaron sus respectivos asientos para disfrutar de los chilaquiles verdes con pollo y frijoles refritos y luego una pieza de pan.

Mariana me mostró su licencia de manejo y cuando vi el reverso me llené de orgullo: ahí estaba la leyenda que advertía que la titular del mismo es donadora de órganos. La abracé y le externé mi satisfacción por saberla siempre solidaria.

⸺ Míralo desde esta perspectiva, primo: si choco y me muero –en este punto tocó tres veces con los nudillos en la mesa de madera– no moriré del todo, pues quizá con mis riñones, o el corazón, el hígado o qué se yo, vivirá una parte de mí en otra persona, ¿qué te parece?⸺ respondió. Y continuó⸺: cuando sea diputada, presentaré una iniciativa para que se pueda disponer de los órganos de quienes no son reclamados en los anfiteatros, que están a reventar, mientras miles de personas esperan por un donante. Ya verás.

Abrí una concha blanca, le puse frijoles negros y me sentí en la antigua Parroquia del Puerto, en Veracruz.

josearenasmerino@gmail.com

 


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