Viernes 16 de diciembre de 2022
Letras de Arenas
Pepe Arenas, presenta:
“Las Peripecias, por P. Périz Copio”
Regalos
Ayer fui, como lo hago al menos una vez a la semana, a desayunar a casa de
mi tía Rita, la viuda de mi querido tío Luciano, y como es regla no escrita,
llevé algo para complementar las riquísimas cosas que prepara ella. Pasé por
unos sabrosos buñuelos a la panadería “El pan nuestro”, donde hacen un pan
delicioso y van presentándolo según el calendario de festividades. En un par de
semanas habrá el Fruit Cake gringo, que por cierto a mí me gusta mucho.
Aún no bajaba de su habitación mi prima Martina, y su hermano, Patricio, o
Pato como le decimos todos en familia fue quien me abrió, y me recibió con una
taza de café caliente, el de Coatepec que a todos en casa nos gusta.
⸺ ¿Qué novedades, pariente? ¿Ya hiciste tus primeras compras, o al menos la
lista de regalos? No olvides incluirme, ¿eh? Tú ya estás en la mía⸺ le dije
mientras ocupábamos nuestros respectivos sitios en el desayunador.
⸺ Ni me lo recuerdes primo, con la situación económica que estamos
enfrentando, y la inflación que no se veía hace casi dos décadas, ahora sí que
estoy en una encrucijada, porque como esta será la primera Navidad en mi
trabajo, no quiero quedar mal con nadie, y somos muchos, con la parentela
tendré que recurrir al método que inventó mi hermana cuando era niña.
⸺ ¿Cuál método, de qué hablas?⸺ preguntó mi tía que se incorporó a la
conversación ocupando su lugar y luego de darme un beso de bienvenida, que yo
correspondí.
⸺ ¡Ay mamá!, no me digas que no te acuerdas. Lo voy a decir ahorita, antes
de que baje Martina, porque si me oye, se va a enojar conmigo⸺ dijo Pato y bajó
un poco el volumen antes de continuar⸺ al menos dos, si no tres veces lo hizo:
envolvía como regalo algo, es decir ropa, o zapatos, plumas, sí, recuerdo que
una vez envolvió con moño y todo un juego de plumas y me las regalo… ¡mis
plumas! De veras, nos regalaba cosas nuestras, usadas⸺ dijo y nos reímos
tratando de que Martina no nos oyera.
⸺ Es verdad, ya me acordé, sí, a mí
me regaló mis mascadas y otro año un suéter⸺ apuntó mi tía⸺, y no creas que era
en broma, ella estaba segura de que eso era regalar.
⸺ Pues no es mala idea Pato, ahora regálale tú algo de ella⸺ le dije y
volvimos a reír.
⸺ ¿Y qué piensas hacer primo? Si tienes que elegir, pues con quienes tienes
que quedar bien es con tus compañeros de trabajo, o quizá lo mejor es que le
digas a alguno de ellos que proponga un intercambio, así no tienes que regalar
a todos.
Martina bajó a desayunar y luego de los saludos respectivos, preguntó que
de qué nos reíamos. No recuerdo qué le dijo mi tía, pero no fue necesario
explicarle más; sin embargo, el tema no varió: los regalos de Navidad. Ella
dijo que entre sus compañeros de su Facultad, la de Derecho de la UNAM, habían
acordado un intercambio y sorteado los nombres de sus profesores para regalarles
algo pero no a todos.
⸺ Me gustaba mucho aquella campaña que hace unos años pusieron en la
televisión, la de “regale afecto, no lo compre” o algo así⸺ dijo mi tía desde
la cocina, mientras volteaba los hot cakes. Martina se acomidió y los fue
trayendo a la mesa
⸺ Esa es una campaña que bien podría reponerse en este año tan difícil, me
parece⸺ apuntó Pato.
⸺ Pues sí⸺ dijo mi tía⸺, recuerdo en este momento que Luciano, que en paz
descanse, lo dijo muchas veces: “la publicidad que se hace de tantas cosas que
no necesitamos, y que nos hacen que las necesitemos, es el camino al consumismo”,
y aquí estamos, apretándonos las manos.
Le puse miel de arce a mis hot cakes mientras iba borrando nombres de mi
lista mental.
josearenasmerino@gmail.com
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