Lunes 12 de diciembre de 2022
Letras de Arenas
Pepe
Arenas, presenta:
“Las
Peripecias, por P. Périz Copio”
Poquemones
⸺ ¿Los qué primo?⸺ le pregunté a Heriberto, quien se desempeña como Policía
de Investigación, uno más de los nombres que les han endilgado a los cuerpos policiacos.
Estábamos en el Toks, desayunando. Un hábito que se va haciendo costumbre.
Aunque no se pide en la mañana, como desayuno, él acostumbra pedir la sopa de
tortilla, que, dicha sea la verdad, es muy sabrosa. Yo escogí el norteño, de
machaca con huevo y tortillas de harina.
⸺Los Pokemones, primo. Estoy hablando de una de las primeras supuestas
caricaturas supuestamente para niños, allá poco después de la mitad de los
noventas. Aún recuerdo una mañana de verdadero susto. Estaba muy desvelado
porque me tocó guardia nocturna, llegué en la madrugada, cansado y con mucho
sueño, supongo que era sábado pues mis hijos no fueron a la escuela. Imagina
este diálogo entre ellos:
“Pues yo te cabronizo con mi potente rayo electrificador, y luego te
machaco la cabeza con mi enfoque de energía y te destazo con mi doble
cuchillada” decía Saúl, y Liliana le responde algo como “¿ah sí?, pues antes yo
te doy un golpe con mi pantalla de trueno y te picoteo con mi cola de látigo y
te perforo con mi cuerno, y luego te ahogo con mi bomba hidráulica”. Tenían 9 y
7 años entonces. Cuando lo escuché decir que le daría un golpe con su bat de
beisbol si no le devolvía su Poke-mon, brinqué de la cama como de rayo e impedí
que de veras le fuera a pegar a su hermana.
⸺ Heriberto, te juro que no sé de qué estás hablando⸺ le respondí y ataqué
los frijoles de olla.
⸺ Verás, primo, no veo porqué habrías de acordarte de eso, pues además de
que pasó hace más de veinte años aquello, tú no tienes hijos de la edad de los
míos; y esa experiencia que te refiero como si la estuviera viviendo de esta
misma mañana, la tengo aquí, frente a mí, por el efecto que me causó ver que
mis hijos mostraban tal agresividad.
⸺ Pero dime, qué rayos es eso de los poke no sé qué, ¿de qué estás
hablando?
⸺ Se trata, primo, ni más ni menos, del inicio de un fenómeno mundial, de
una estrategia que me atrevo a calificar de malévola, satánica. Sí, no exagero.
Te explico: esas caricaturas pasaban en la televisión privada, concretamente en
un canal infantil de Televisa y atrapó a los chiquillos de entonces con sus
imágenes, las voces y los efectos sonoros de luchas entre grupos, pero no entre
el bien y el mal, como son casi siempre esos argumentos de cuentos para niños,
no, estos pretendían simplemente destruirse entre sí. La alarma de muchos
padres, yo entre ellos, cundió entonces y recuerdo haber iniciado una campaña
en la escuela de mis hijos, llamando la atención de otros papás, para impedir
que los niños vieran esas cosas; sin embargo, no sólo no pudimos hacer nada,
sino que poco a poco, como lo planearon quienes están detrás de esta
estrategia, aquello fue creciendo, digamos que madurando, y pronto se
transformó en un fenómeno mundial, sí, mundial. De los pokemones pasaron a
otras quesque caricaturas y hoy puedes ver películas en el cine de esos seres
destructivos y destructores.
⸺ ¿Y por qué estás refiriéndome eso primo, a qué viene’
⸺ Es que mañana voy a dar una plática, no diré conferencia, a la asociación
de padres de familia, y trataré de explicar por qué hay tales niveles de
violencia escolar, a qué obedece que no cese el bullying y más, que ahora lo
hay también en las escuelas de nivel medio y superior. Esa es la raíz de todo
esto, y a eso hay que sumar que todos los noticiarios que vemos, son ya de nota
roja, ninguno se escapa: que la violación, que los asesinatos, los ataques de
los grupos del narcotráfico, en fin. Me parece que es una grave falta de
Gobernación que permitan a las televisoras decir que los noticiarios son aptos
para todo público.
Seguimos conversando de este y otros temas y casi al medio día nos
despedimos. Cuando llegué a mi casa, saqué una pera del refrigerador y busqué
para verlas entre las viejas películas de mis hijos, hoy adultos, dos de mis
favoritas: Ratatouille y Toy Story.
josearenasmerino@gmail.com
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