Lunes 3 de enero de 2022
Ciudad Victoria, Tamaulipas, 3 de enero de
2021.
Urgen
expertos a cambiar de la agricultura tradicional a un sistema sostenible.
Tras más de setenta años de trabajar en un
esquema de agricultura que ya resulta obsoleto por la baja producción y el
impacto al medio ambiente, es necesario cambiar a conceptos como la agricultura
sostenible, aseguró la Dra. Erika Acosta Cruz al dictar la conferencia “Microorganismos:
aliados de la agricultura sostenible”.
La charla se dio en el
marco del Segundo Congreso Internacional de la Carrera de Químico Farmacéutico
Biólogo (QFB), organizado por la Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa
Aztlán (UAMRA) de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).
La Dra. Erika Acosta Cruz,
investigadora y especialista en Biomedicina y Biotecnología Molecular de la Universidad
Autónoma de Coahuila, planteó la necesidad urgente de rescatar los sistemas de
producción agrícola para evitar que los sistemas alimentarios colapsen en diez
años.
Dijo que la agricultura
es una actividad fundamental para la alimentación y constituye un sector muy
importante a nivel nacional y mundial. Y señaló que a lo largo de la historia
han sido adoptados diversos enfoques en las prácticas agrícolas.
“A mediados del siglo
pasado ocurrió un fenómeno llamado la ‘revolución verde’, que trató de la
aplicación de un conjunto de técnicas innovadoras en la agricultura, entre las
que se incluye la siembra de variedades mejoradas de cereales como trigo, maíz
y arroz —más resistentes a climas extremos y a las plagas—, nuevos métodos de
cultivo incluyendo la mecanización, así como el uso de fertilizantes,
plaguicidas y riego por irrigación, que hicieron posible alcanzar altos
rendimientos productivos”, relató la conferenciante.
Detalló que esto se hizo
para combatir la malnutrición, pues el aumento demográfico era alarmante. Sin
embargo, la producción se hizo dependiente del petróleo por los combustibles y
demás insumos necesarios para la operación de la maquinaria agrícola,
impactando de forma negativa al medioambiente.
“El crecimiento de la
población de las últimas décadas nos ha llevado básicamente al mismo punto: la
insuficiencia alimentaria. El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 2 de la
ONU, que es ‘hambre cero’, definitivamente no se antoja alcanzable para el
2030, las estimaciones que hay en la actualidad indican que entre 290 y 700
millones de personas en el mundo padecen hambre”.
De acuerdo con la
especialista, de continuar esta tendencia, habría un aumento de sesenta
millones de personas en esta situación en los próximos cinco años, y se
rebasarían los 840 millones de personas en 2030.
“Estamos en una agricultura tóxica.
Necesitamos una nueva revolución, pero que sea permanente, en la cual los
hallazgos científicos se apliquen día a día. Necesitamos una agricultura integral,
sostenible y saludable”, subrayó.
Señaló que la agricultura
sostenible debe garantizar la alimentación mundial y, al mismo tiempo, promover
ecosistemas saludables y apoyar la gestión sostenible de la tierra, el agua y los
recursos naturales.
Agregó que hay bacterias
útiles para estos fines, entre ellas las rizobacterias, que son promotoras del
crecimiento vegetal y producen efectos tanto directos como indirectos. Entre
los indirectos mencionó la solubilización del fosfato inorgánico, y entre los
directos, la fijación de nitrógeno y la producción de hormonas vegetales, que
estimulan la formación de raíces y absorción de agua, nutriente y mineral del
suelo.
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