Lunes 10 de enero de 2022
A ver, a ver…
Rechazó varios cañonazos de $50 mil
pesos
Se llama Jesús Palma,
militar mexicano retirado, les dijo no a los de “La maña” como él mismo les dice. Le llamaron para
ofrecerle $50 mil pesos mensuales por incorporarse y le dijeron que si acepta se
presente –sin solicitud- a Reynosa, en Tamaulipas. Pero les dijo que no, que él
sirvió al ejército mexicano y hoy vive de su exigua pensión, muchas veces
inferior a la oferta que le hacen, pero “no gracias”, mejor tranquilo acá en
Morelos.
Las preguntas son:
¿Cuántos Jesús Palma hay? ¿Cuántos resisten cañonazos como ese? Estoy
refiriendo lo que ese exmilitar expresó ayer en el noticiario “Claro y
Directo”, y ahí quedó la grabación por si hay quien lo dude.
Ah, pero eso es apenas un
renglón de lo que se puede escribir al respecto. Es necesario decir que sólo en
un año, 21851, sí, veintiún mil ochocientos cincuenta y un soldados del
Ejército Mexicano se dieron voluntariamente de baja en los pasados dos años.
Cada uno recibió, en distintos modos y plazas, instrucción militar y un salario
mensual más prestaciones y hoy por hoy, una vez habiéndose retirado del puesto
que ocuparon, nadie sabe su paradero; pero no es muy difícil adivinar a quiénes
sirven ahora. Basta recordar cuál es el origen del grupo delincuencial de “Los
Zetas”, desertores del ejército que se pasaron al lado de los malos.
Con el propósito de
impedir que los jóvenes que no tienen los medios para asistir a una escuela o
carecen de un empleo remunerado, el gobierno federal, con recursos del erario,
les ofrece una beca, un apoyo para que no caigan en manos de la delincuencia
organizada; sin embargo, lo que les ofrecen no es ni suficiente ni atractivo
frente a la oferta de ésta, de modo que reciben entonces por dos vías y de
cualquier modo hacen trabajos diversos, como el de “halcones”, entre otros.
Igualmente, importante es
destacar que, en las instituciones educativas a cargo de las secretarías de la
Defensa Nacional y la Marina Armada, se imparten todos los niveles educativos,
desde la primaria hasta el posgrado en prácticamente cualquier carrera,
profesión o especialidad que se cursan en universidades públicas y privadas del
orden civil. Y son miles los egresados, capaces de asumir cualquier encomienda
o función, como ya se ve: desde repartir medicinas y vacunas, hasta construir
un aeropuerto, por citar sólo un par de ejemplos.
El actual titular del
Ejecutivo Federal ofreció antes de asumir ese cargo, que los militares serían
devueltos a sus cuarteles; sin embargo, los militares no están necesariamente
acuartelados, tienen otros escenarios, otros espacios como ya se puede ver.
Tenemos entonces dos
posibles situaciones frente a nosotros, quienes formamos la llamada “sociedad
civil”: el incremento de la actividad con la suma de exsoldados en las filas
del crimen organizado; y la permanencia por no sabemos por cuánto tiempo más,
de la creciente presencia de militares en activo en tareas que antes realizaban
precisamente los civiles. ¿Qué hacer? José Arenas Merino
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