Viernes 20 de agosto de 2021
Amenazas cumplidas
Carlos Ravelo
Galindo, afirma:
Antes de
compartir la verdad del colega Fernando Alberto Irala Burgos sobre el cambio
climático, trataremos de explicar, sucintamente, que es la variante Delta del Covid
19.
Esta versión
de Covid-19 surgió en India, donde causó la mortal y aterradora segunda ola de
la pandemia, y se extiende por América del Norte, el Reino Unido, Europa y
China.
Los
investigadores ahora saben que la variante Delta se propaga más rápido que la
variante alfa original del SARS-CoV-2 y duplica las hospitalizaciones.
Según las
últimas estimaciones, más de la mitad de las nuevas infecciones por coronavirus
en los Estados Unidos se atribuyen a la variante Delta del nuevo coronavirus.
Se observan
estimaciones similares en todo el mundo.
Los
fabricantes de vacunas COVID han asegurado al público que las vacunas
existentes protegen a las personas vacunadas de la nueva variante cada vez más
transmisible del virus.
Pero qué tan
bien previenen las vacunas las enfermedades y las hospitalizaciones.
Varios
artículos de investigación recientes estimaron la efectividad de tres vacunas
COVID-19 diferentes contra la variante Delta.
Existe una preocupación por parte de los
expertos debido al número de fallecimientos en este 2021 relacionados con el
Covid-19, ya que se esperaba que este año la cifra disminuyera
considerablemente, sin embargo, no se contaba con la aparición de una nueva
variante llamada Delta.
Esta variante
ha resultado sumamente contagiosa y ha causado estragos en más de 90 países.
Esperan
encontrar el antídoto, en breve.
Y sobre el
cambio climático nos habla el técnico Irala Burgos:
Alarmante y esperanzador es al mismo
tiempo el informe preparado por un grupo de expertos, dado a conocer por la ONU
a principios de agosto, sobre los estragos que causa ya en el planeta el cambio
climático, y lo que puede ocurrir en las próximas décadas y siglos.
Estamos muy cerca ya de la frontera en
que se producirán daños irreversibles, cuando la temperatura promedio del globo
terráqueo se ubique en un grado y medio sobre los niveles preindustriales.
Ahora mismo, las observaciones arrojan
que ese nivel está ya más de un grado arriba, y que en las próximas dos décadas
podría rebasarse ese tope fatídico.
Ya actualmente, también, se aprecian
los estropicios generados sobre el ambiente, con el deshielo de los polos, la
mayor agresividad y frecuencia de huracanes y otras perturbaciones, y la
amenaza a la biodiversidad.
Muchas son las predicciones formuladas
por los especialistas, una de las más terribles y generalizadas es el aumento
en los niveles de los océanos, que al mediar el siglo sepultarán buena parte de
las costas continentales que a la fecha conocemos, incluidos centros turísticos
y sus playas, poblaciones en los litorales, e islas enteras.
La esperanza existe, por supuesto,
porque ya hay un esfuerzo internacional y metas fijadas a los gobiernos, para
reducir las emisiones de carbono, así como la quema de combustibles, y revertir
el proceso de calentamiento.
Sólo que este esfuerzo debería
acelerarse y las metas tornarse más estrictas si se quiere detener la
catástrofe y revertir los males ya causados.
En ello están empeñados muchos líderes
políticos del mundo, aunque hay algunos que no.
Hace poco padecimos allende el norte a
esa figura del mal que fue Donald Trump, quien negaba que el cambio climático
existiera e incluso sacó a su país del Acuerdo de París, instancia donde se
gestionan las acciones a favor del medio ambiente.
craveloygalindo@gmail.com
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