Martes 20 de julio de 2021
EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ
¡ME ESCOGE A MÍ!
Por Ramón Durón Ruíz (†)
C |
uando me pongo a
investigar sobre el ingenio popular, encuentro que “el ángel de la vida” anida
en vox populi, como en aquella ocasión que: “Una afamada escritora
ibérica ganadora del premio Planeta, fue entrevistada en una televisora, donde
expresó que ‘murciélago’ era la
única palabra en el idioma español -castellano que
contenía las cinco vocales.
Un sabio lector,
de nombre José Fernando Blanco, con gran agilidad mental envió la siguiente
carta al periódico ABC.
“Carta al Director
del diario ABC: Acabo de ver en la televisión estatal […a una escritora]
diciendo que ‘murciélago’ es la única palabra en nuestro idioma que tiene las
cinco vocales.
Mí estimada
señora: piense un poco y controle su ‘euforia’.
Un ‘escuálido’ ‘arquitecto’ llamado ‘Aurelio’
o ‘Eulalio’, no recuerdo, dice que
lo más ‘auténtico’ es tener un ‘abuelito’ que lleve un traje ‘reticulado’ y siga el ‘arquetipo’ de aquel viejo ‘reumático’ y ‘repudiado’, que ‘consiguiera’
en su tiempo, ser ‘esquilado’ por un
‘comunicante’, de que cometió ‘adulterio’ con una ‘encubridora’ cerca del ‘estanquillo’ sin usar ‘estimulador’.
Señora escritora:
si el ‘peliagudo’ ‘enunciado’ de la ‘ecuación’ la deja ‘irresoluta’,
olvide su ‘menstruación’ y piense de
modo ‘jerárquico’. No se atragante
con esta ‘perturbación’ que no va
con su ‘milonguera’ y ‘meticulosa’ ‘educación’ y repita conmigo, como diría Cantinflas: ‘¡Lo que es la
falta de ignorancia…!”’1
Pues ese genial
sentido de la vida lo poseía también a raudales, el tamaulipeco-neolonés Don
Celedonio Junco de
Dos cosas, para
tortura,
me salieron del
demonio:
tener tan corta
estatura
¡y llamarme
Celedonio!”2
Entre sus
múltiples sonetos, se dio a la tarea de componer unos prescindiendo de las
vocales -se llama lipograma cuando se omite
intencionalmente, alguna letra del abecedario-, este es su “Soneto sin U”:
“Soneto me pedís en
donde omita
la postrera vocal
del alfabeto;
y en dos por tres
pergeñaré el soneto
si no se llega a
enmarañar la pita.
Nadie para tal obra
necesita
estar de genio y de
saber repleto;
basta paciencia y
sale del aprieto
toda persona en el
rimar perita.
¡Vanidoso! -exclamáis-, ante el sentido
del octavo renglón;
mas yo no paso
por mote, a mi
entender, inmerecido.
Vanidad, si la tengo,
será acaso
en haberme de sobra
conocido
para no pedir sitio
en el Parnaso.”
Finalmente, y eso
del ingenio popular, comento la ocasión aquella en la que el famoso escritor y
humorista brasileño, Millôr Fernandes, en un programa de radio preguntó a los
radioescuchas cuál era la diferencia entre un político y un ladrón, miles de
respuestas llegaron a él, la más ingeniosa decía: [Ambos son igual de pillos,
sólo que…] “Al político yo lo escojo y el ladrón… ¡ME ESCOGE A MÍ!”
1. batiburrillo.net/curiosid/cuerpo_curiosid146.php; 2. centenarios.org.mx/JuncoCeledonio.htm
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