Lunes 25 de enero de 2021
EN LAS
NUBES
La Santa
inquisición o el INE
Carlos
Ravelo Galindo, afirma:
Haces
falta a México. Cuídate Andrés Manuel. Rezamos por tu salud.
Nos
preguntaron si el Intitulo Nacional Electoral, es sinónimo de la inquisición.
Y
acompañan los otros nombres que se le aplican: Indagación, investigación,
averiguación, perquisición, sondeo, fisgoneo, escudriñamiento, busca, encuesta,
exploración, tanteo.
Recurrimos
entonces a quienes saben.
Uno
de ellos, el licenciado e historiador chiapaneco Virgilio Arias Ramírez, secretario
general del Club Primera Plana y vicepresidente de la Sociedad Mexicana de
Geografía y Estadística nos
los explica exhaustivamente.
En
el curso de esta exposición, tendremos que tocar la situación de los pueblos
europeos y en México, durante el período precortesiano, el virreinato y después
de la independencia y naturalmente en estas épocas necesariamente recordaremos
el papel de una institución llamada religión.
Aclaramos
que nuestra intención no es atacar a ninguna religión, instituciones
gubernamentales y políticas.
O credo, porque en todo caso sería la clase gobernante en turno.
Desde
luego el fanatismo que se vuelve una ceguera familiar y social, costumbre que
propició el atraso de los pueblos e incluso los llevó en muchos casos a guerras
sangrientas, fue lo que sucedió en México con el movimiento de independencia,
la reforma y la rebelión cristera.
La inquisición en México -- INE es
mera coincidencia política oportuna-- con el título de Tribunal del Santo
Oficio de la Inquisición de la Nueva España fue establecido
en 1571 para ejercer un control ideológico y religioso sobre la
población, procuraba normas de conducta que regirían la vida en la Nueva
España.
Tuvo como propósito fortalecer
la fe, perseguir herejías, prácticas judaizantes y
mantener la unidad religiosa.
Los indígenas tampoco fueron sujetos a
proceso inquisitorial. Pero sí se persiguieron sus prácticas idolátricas durante
la Colonia cuando se decían católicos y estaban bautizados.
Las mentes más
preclaras de la humanidad, siempre combatieron a la ignorancia, en movimientos
revolucionarios conquistaron la libre expresión en el campo del derecho, y se
luchó contra las religiones que en el nombre de “Dios” esclavizan a la humanidad
con el mito del miedo y pregonando la fe ciega.
Porque bien sabemos que en ella se arraigan los fanatismos de toda
clase, no solamente los religiosos, pero es natural que prendan y traspasen
generaciones en cuando faltan los conocimientos para encontrar una explicación
a los sucesos sociales y desde luego a los naturales.
En los comienzos de la Iglesia, la pena habitual por herejía era
la excomunión, pero cuando los emperadores romanos convierten el
cristianismo en religión tolerada en el siglo IV, los herejes empiezan a
considerarse enemigos del Estado.
Los acusados eran interrogados, comúnmente, mediante torturas y
finalmente castigados si se les encontraba culpables, requisándose sus bienes
durante el proceso para sufragar las costas judiciales y los gastos de
encarcelamiento.
Los más conocidos métodos de tormento:
Garrucha, se alzaba a la víctima al techo con los brazos atados por
detrás de la espalda.
Potro; se ataba al reo a un bastidor y el verdugo apretaba hasta
atravesar la carne.
Tormento del agua: se ataba al reo, se le introducía un paño por la boca
hasta la garganta y se vertían jarras de agua de aproximadamente un litro.
La Inquisición episcopal de la edad media, nefasta institución que de
“santa” no tenía nada, fue la primera forma de la Inquisición medieval,
establecida en 1184 mediante la bula del papa Lucio
III Ad abolendam.
Como un instrumento para acabar con la herejía cátara; el castigo
físico a los herejes había sido dispuesto con anterioridad por Federico
II, en Francia por la iglesia católica.
La intención era castigar con pena de muerte a la herejía y a los
cátaros; la humanidad padeció lo que hoy conocemos como pobreza inhumana
instaurada por los reyes totalitarios y los patriarcas religiosos que dominaban
todo, baste mencionar por ejemplo a Rodrigo Borgia que en 1492 fue electo papa
y tomo el nombre de Alejandro VI.
Con Hernán Cortés, tras la
conquista de Tenochtitlán en 1521 hacían falta misioneros la
conquista espiritual, la cual estaba en manos de España y Portugal.
Sin embargo, debido a
la falta de miembros del clero secular, por influencia de Cortés y
los franciscanos estos últimos consiguieron la bula Alias Felicis por
parte del papa León X en 1521 que
les concedía el derecho de actuar en donde no hubiera miembros del clero
secular.
Mientras no hubiera un prelado
dominico en la Colonia, los inquisidores españoles generales delegaron su
autoridad a los obispos locales, entre ellos Pedro de Córdoba,
viceprovincial de la Orden de Predicadores o dominicos, el cual a su
vez delegó sus funciones al franciscano Martín de Valencia uno de los
Doce Apóstoles de México, es decir, uno de los 12 frailes llegados en 1522.
Siguieron:
Fray Martín de Valencia.
Entró en conflicto con las autoridades civiles, alegando que tenía jurisdicción
tanto en asuntos civiles como criminales.
Esto llevó a una controversia de marzo a julio
de 1525 en la que Motolinía, delegado del inquisidor, habría de comparecer
ante los regidores, con la instrucción a la Orden de dejar de intervenir en los
asuntos civiles.
Fray Domingo de Betanzos. Asumió
las funciones de inquisidor en 1526, de acuerdo con la Omnímoda, fue Betanzos
quien estableció la Inquisición episcopal en México.
En su periodo hubo 19 casos, en su mayoría por
blasfemia, aunque hay que señalar que la mayoría de los juzgados eran
partidarios de Cortés, poniéndose de relieve las fricciones políticas que había
entre dominicos y conquistadores.
Fray Vicente de Santa María.
A pesar de que sólo ejerció como Inquisidor en 1528, su actividad fue intensa
con el acto de fe de 1528; al año siguiente fue depuesto debido a su conducta
imprudente en las quemas en su periodo, entre las que destacan las de los
judaizantes Hernando Alonso y Gonzalo de Morales.
Alonso fue parte del ejército
de Cortés en la toma de Tenochtitlán.
Fray Juan de Zumárraga. Primer
arzobispo de la Nueva España.
Este fue el periodo de mayor
actividad de la Inquisición episcopal en la Nueva España con más de 150
procesos, en su mayoría por blasfemia.
Su periodo estuvo marcado por
fricciones con otras autoridades por su juicio implacable contra los indios, ya
que la mayoría discutía su naturaleza en favor de otorgarles derechos y
protección.
Entre sus juicios destacó el
caso llevado en contra de Carlos
Ometochtzin, cacique de Texcoco, el cual terminó con su
quema en el cadalso, acción que le valió ser censurado por las autoridades
inquisitoriales que anularon su nombramiento como inquisidor apostólico en
1543.
Otros fueron: Fray Tello de
Sandoval, Fray Alonso de Montúfar, Alonso Hernández Bonilla y Pedro Moya de
Contreras.
De
71 reos sólo dos fueron ahorcados y luego quemados.
La inquisición logró absorber
una gran cantidad de poder ante la sociedad y el estatus de élite.
La Nueva España fue uno de los lugares donde se
presentó el Santo Oficio. Llegó en 1535 pero oficialmente se presentó hasta
1571.
En 1797, existió una propuesta
dentro de España para abolir a la Inquisición, pero esta tuvo un nuevo plazo
como consecuencia de la revolución francesa.
En 1808 Napoleón Bonaparte,
consigue que Carlos IV abdique a favor de José Bonaparte y con ello publicó un
decreto aboliendo a la Inquisición y confiscando sus bienes porque los
franceses no eran simpatizantes del Santo Oficio, por lo que en la Nueva España
se seguía bajo la influencia de la Inquisición ya que donde no regía Napoleón,
el Santo Oficio seguía en pie.
La Inquisición pontificia o Inquisición
papal fue una institución eclesiástica judicial creada por el papa Gregorio
IX en 1231-1244 para perseguir la herejía y que estaba bajo su
autoridad directa.
Sustituyó a la inquisición episcopal creada
cincuenta años antes y llamada así porque la persecución de los herejes
correspondía a los obispos de cada diócesis.
Es
llamada también inquisición medieval, para distinguirla de
la inquisición de la edad moderna cuyo modelo lo constituyó
la inquisición española, que a
diferencia de la medieval estaba bajo la autoridad de los reyes
católicos en quienes el papa había delegado en todo lo referente a la
herejía en los dominios de su monarquía.
La Inquisición romana, también llamada Congregación del Santo Oficio,
fue creada en 1542, ante la amenaza del protestantismo, por
el Papa Paulo III.
Se trataba de un organismo bastante diferente de la Inquisición
medieval, ya que era una congregación permanente de cardenales y otros prelados
que no dependía del control episcopal, su ámbito de acción se extendía a toda
la Iglesia católica.
En 1555, comenzó a perseguir a numerosos sospechosos heterodoxia,
entre los que se encontraban varios miembros de la jerarquía eclesiástica, como
el cardenal inglés Reginaldo Pole.
En 1600 fue juzgado, condenado y ejecutado el
filósofo Giordano Bruno y en 1633 fue procesado y
condenado Galileo Galilei, al destierro a
más de 50 km de Roma, quien dijo: ”… y sin embargo se mueve”.
En 1813 las Cortes de Cádiz decide suprimir el Santo Oficio en toda la
monarquía española y se envió para que las parroquias
anunciaran la clausura de la Inquisición, por tres domingos consecutivos.
Este fue el mensaje central de
las iglesias. El “Santo Oficio”, tuvo un pequeño resurgimiento ya que al quedar
nula la constitución de 1812, quiso recobrar el poder que alguna vez tuvo, pero en julio de 1834, el gobierno liberal moderado de Francisco
Martínez de la Rosa aprobó un decreto cuya disposición primera decía:
“Se
declara suprimido definitivamente el Tribunal de la Inquisición”.
Respondemos con cortesía política.
Es coincidencia fortuita con el Instituto Nacional Electoral y el
tribunal federal.
Algunos historiadores en esencia masones, han
sostenido a lo largo del tiempo que fue en ese proceso donde se inicia el mito
de la masonería especulativa.
craveloygalindo@gmail.com
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