Jueves 17 de diciembre de 2020
¡QUE CONSTE,…SON REFLEXIONES!
POR SÓCRATES A. CAMPOS LEMUS.
“MÁS VALE PERDER UNA FIESTA DE NAVIDAD Y NO
PERDER LA VIDA POR UNA NAVIDAD…”
Pues parecen
ternuritas llamando a que nos portemos bien, me parece que los llamados son
como los que hace ese junior regio que habla del sufrimiento que tuvo cuando su
padre lo obligaba a ir al golf sino no le pagaba su semana y por ello odio el
jueguito de la pelotita y los hoyitos o cuando habla de que los jodidos que
tienen sueldos de pinches cuarenta o cincuenta mil pesos le sorprenden cuando
los ve felices. Pues si, los llamados del presidente, hombre de buena fe y de
bunas intenciones que no quiere molestar con el pétalo de la represión a los
votantes y miembros del pueblo sabio a que nos guardemos en casa, que no
salgamos a las pachangas y que no hagamos reuniones familiares de Navidad,
posadas y año nuevo, son como las llamadas a misa, solamente van los que
quieren no los que deben.
Lo mismo sucede con
los llamados de Doña Claudia Sheinbaum para que no la jodamos y se saturen los
hospitales por la irresponsabilidad de los pinches distritofederalenses en
andar en compras en el Centro Histórico lleno de vendedores ambulantes y
mejores precios que en las grandes tiendas departamentales. pues sí son como lo
hemos visto como los llamados a las madres y abuelitas para que no dejen que
sus hijos y nietos se vayan a engrosar las filas de la delincuencia organizada
o las calles de vendedores ambulantes que sin protección de todo, desde lo
prohibido hasta lo indebido también le entran al contrabando que supuestamente
se controla ya por militares o por las copias que se hacen y vienen desde China
o venden drogas, armas y demás pequeñeces que sirven para aumentar la
delincuencia y la inseguridad, se unen a las bandas que cobran piso o que
controlan los mercados y a los vendedores ambulantes en las calles por medio de
su cobro por protección, en fin de que la cosa anda del carajo nadie lo duda y
de que no respetamos y nos vale la seguridad nuestra y de los demás pues es la
verdad, tan es así que se ven las colas para que los parientes de enfermos que
andan siendo tratados en las casas puedan comprar los tanques de oxígeno porque
pues no hay y en las farmacias escasean y encarecen los medicamentos utilizados
para los tratamientos y en los hospitales pues la cosa anda del color de
hormiga y todos temen ser contagiados o no recibidos cuando enferman, y
entonces si se siente que la calaca anda cercana y se puede llevar a varios de
la familia, y es cuando comienzan a reflexionar y a medio entender que no se
debe andarle rascando los huevos al tigre del coronavirus porque cuando llega
pues llega y contagia y se contagia a los inocentes y culpables de andar en las
pachangas, las reuniones o las compras a lo pendejo.
Hace muchos años,
cuando estábamos en el inicio de la juventud, volteábamos mucho por el rumbo de
las calles del “órgano” donde se juntaban las prostitutas y como chavos
andábamos muy calentones y tragando de descubrir la sexualidad, así que cuando
uno de mis primos fue contagiado por los chancros y gonorrea, mi padre
que en ese tiempo trabajaba en la Secretaría de Salubridad, hizo una gestión
para que nos dejaran asistir a lo que se conocía como el Hospital de la Mujer,
allá por los rumbos de la Alameda y ahí pudimos ver las fotografías de gentes
contagiadas de sífilis o de chancros y otras enfermedades y pues nos dieron
unas clases reales para que no anduviéramos de calentones y podernos contagiar
a lo pendejo, a lo mejor, sería bueno filmar a los enfermos terminales del
coronavirus y mostrarlos al público para que muchos de los necios miembros del
“pueblo sabio” se den cuenta real de los peligros que les advierten y dejan de
andar en las reuniones pensando en que a ellos no les pasa nada y que así es
como se contagian y contagian a los demás.
Parecería una brutal y cruel forma de que vayan
entendiendo la gravedad de las cosas pero será la verdad, la realidad es que
andamos en la mera pendeja y no hay más, pensamos que estamos cansados y
fastidiados de estar encerrados en las casas y que además andamos cortos de
finanzas y tenemos que salir a la talacha diaria y es cierto, pero eso es mejor
que andar contagiado y contagiando corriendo el riesgo de perder la vida por
tonterías y actos que no son vitales para la sobrevivencia. Es mucho más
importante que no nos contagiemos y contagiar que andar en compras y reuniones.
Hace unos días tenía malestares que por fortuna ahora sigo teniendo pero están
controlados por un gran cardiólogo y puedo esperar a que me atiendan en el
hospital para un implante de Stern en una arteria, si es importante hacerlo y
no se debe dejar a la ligera pero creo que si estamos controlados lo mejor es
no distraer la atención de médicos y trabajadores de la salud porque ellos
están en la lucha diaria para salvar vidas de enfermos graves y no queremos
sufrir un proceso de contagio por andar en esas prisas, todos tenemos que tener
el derecho a la salud y al tratamiento gratuito impuesto por el presidente en
el sector salud, pero hay que tener formas de hacerlo y tener la confianza en
que podremos esperar mejores tiempos y circunstancias y sobre todo cuidarnos
para no ser contagiados contagiar.
Hace algunas
semanas mis compañeros de conducción en programas de radio y televisión, Jaime
Velázquez y Omar Aguilar, sufrieron el contagio del coronavirus, gracias al
tratamiento adecuado y la capacidad de los médicos oaxaqueños salieron, dicen
ellos mismos, de las cavernas del infierno y del terror a la muerte y el
dolor y sufrimiento que tenían en su cuerpo y el sufrimiento de sus seres
queridos, la libraron, y ellos contaban en la radio y televisión sus
experiencias y fueron testigos del impacto real que tuvieron muchos de los que
escucharon o vieron las experiencias y esto sirvió, pero a los pocos días se
les olvida y tendríamos que repetirles la dosis de las experiencias porque a lo
mejor somos tan necios que no entendemos que no debemos de andar en reuniones y
tenemos obligación de cuidarnos para no ser contagiados y contagiar, no se vale
ser mensajeros de la muerte, ya entiendan de verdad o nos lleva el tren y la
fregada…
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