4 de
diciembre de 2020
EN LAS
NUBES
Del
escritor Mariano Azuela González
Carlos
Ravelo Galindo, afirma:
Fuimos de él, lectores. De su
hijo Mariano Azuela Rivera, catedrático universitario, ministro de la Corte y
senador de la república, buenos amigos fraternales. Como tales recordamos su
ingenio.
Como maestro de la Unam, llegaba a su aula siempre tarde. Y le valió que
otro colega Francisco Liguori, su amigo y también poeta, escribiera en el
pizarrón una frase:
“Al caro maestro Azuela por beberse un cafecito llega tarde a su
trabajo, o le pesan “Los de Abajo”.
Y el hijo del autor de la novela, ni tarde ni perezoso, replicó por
escrito, ante los alumnos, que ya lo esperaban, con un cafecito en la mano:
“A la luz de los quinqueses. Sentados en los sofases. Tomando nuestros
cafeses. Me acuerdo de sus mamases”.
No olvidamos que con el poeta Pancho, con otros dos más, nos reuníamos
en un bar de Cinco de Mayo, una vez a la semana, a beber los alipuses.
Lo hicieron ministro de la Corte. Y dejó de asistir.
Le preguntamos la razón. Y fue preciso: “Por respeto a la Corte”.
Y luego, ya senador, tampoco asistía.
Cuál es ahora la razón.
Su respuesta precisa: Por respeto a la cantina.
También trabajamos juntos en la Corte con su nieto Mariano Azuela
Huitrón. El, ministro como su padre y nosotros jefes de prensa, hasta que lo
hicieron presidente. Y presentamos la renuncia porque no teníamos licenciatura.
Apenas primaria.
Entre paréntesis, el 30 de noviembre de 2012, egresados de la
Universidad de los golpes de la vida, la secretaría de Educación Pública nos
entregó nuestra cédula y título de Licenciado en Periodismo, con base a conocimientos
adquiridos durante nuestro trabajo en la profesión.
Teníamos entonces 82 de edad.
Sigamos mejor con el padre y abuelo de ambos:
Mariano Azuela
González fue un médico y escritor mexicano. Opositor al porfiriato, trabajó
como médico en un campamento de Pancho Villa, experiencia que reflejó en su
novela más popular, Los de abajo, y en otros de sus trabajos ambientados
durante la Revolución mexicana de 1910.
Hijo de Evaristo Azuela y Paulina González
Mariano
Azuela González nació en Lagos de Moreno, Jalisco, el primer día de enero de
1873.
Murió
en la ciudad de México el primero de marzo de 1952.
Fue
autor de veintiséis novelas, una biografía sobre el padre Agustín Rivera y tres
obras de teatro.
Escribió
también ensayos, crítica literaria y textos autobiográficos.
En
su tierra natal, luego de los estudios elementales, ingresó al Liceo Miguel
Leandro Guerra. Se trasladó a Guadalajara con el fin de cursar la carrera de
sacerdote, pero se decidió finalmente por la medicina en la Universidad de
Guadalajara.
Obtuvo
el título de médico en 1899.
A
fines de ese año se hallaba de regreso en Lagos, donde además de ejercer su
profesión participó en el cabildo municipal.
En
su tierra, se relacionó con otros escritores, como Antonio Moreno y Oviedo,
Francisco González León y José Becerra.
Ya
en 1896 había publicado varios relatos en el periódico Gil Blas Cómico,
de la capital del país, entre ellos, un fragmento de su novela María
Luisa, que editaría hasta 1907, en Lagos.
A
esa novela le siguieron Los fracasados (1908) y Mala
yerba (1909).
Además
de esas tres obras, al momento de iniciarse la Revolución, tenía publicados
numerosos relatos.
En
1911, luego de renunciar a la jefatura política de Lagos de Moreno ante la
presión de los caciques locales, publicó Andrés Pérez, maderista,
con la que inaugura la novela de la Revolución Mexicana.
A fines de 1914 se incorporó como médico a la
tropa de Julián Medina, quien lo nombró Director de Instrucción Pública de
Jalisco.
A
la derrota del villismo, se refugió en El Paso, Texas, donde en los últimos
meses de 1915 dio a conocer Los de abajo.
Desde 1916 residió con su familia en la
capital del país.
Aquí continuó con el ejercicio de la medicina
y con la escritura literaria.
Sobre
los acontecimientos políticos y sociales de la década 1910-1920, le debemos
además las novelas Los caciques, escrita en 1914, pero publicada en
1917.
Las
tribulaciones de una familia decente. Domitilo quiere ser diputado y Las
moscas, estas tres editadas en 1918.
Sólo
a mediados de la década de 1920 se le empezó a reconocer como un autor
relevante.
En
1942 recibió el Premio de Literatura, y en 1949 el Premio Nacional de Artes y
Ciencias.
Participó como miembro fundador de El Colegio
Nacional (1943).
Dictó
en esa institución una serie de conferencias que reunió en el volumen Cien
años de novela mexicana (1947).
Fue autor de veintiséis novelas, una biografía
sobre el padre Agustín Rivera y tres obras de teatro. Escribió también ensayos,
crítica literaria y textos autobiográficos.
Sí,
don José Antonio, siguen “Mis Bendiciones” 2
craveloygalindo@gmail.com
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