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H, Matamoros, Tamaulipas:


Mayúsculo problema de la 4T


-Atentado demuestra la vulnerabilidad extrema

-¿Durmiendo con el enemigo en casa?

-Extrañezas de víctima y victimarios

SI la hipótesis se confirma al cien por ciento y resulta que el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) está detrás del atentado al jefe de la policía capitalina, OMAR GARCÍA HARFUCH, no es aventurado predecir que el gobierno de la Cuarta Transformación enfrenta un mayúsculo problema en materia de seguridad pública.

La intercepción de una llamada telefónica por parte del servicio de inteligencia de la Federación anticipando el atentado a varios funcionarios del gabinete lopezobradorista, es el elemento que sustenta la responsabilidad del cartel jalisciense en el fallido atentado en pleno corazón de la capital mexicana.

A pesar de que el objetivo principal no se logró, pero que costó la vida de dos escoltas y una mujer inocente, es claro el mensaje delincuencial en lo que tiene que ver a la impunidad, movilización, capacidad de fuego y, lo peor, que cuenta con información privilegiada.

En consecuencia, no es pesimista, temeraria, exagerada, dramática o patética la afirmación del experimentado periodista tamaulipeco radicado en el ex Distrito Federal, ABRAHAM MOHAMED ZAMILPA, plasmada en su leída columna Candelero que dice “se empiezan a abrir las puertas del infierno para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador”.

De acuerdo a la geografía delictiva a lo largo y ancho de la república mexicana, el CJNG y el Cártel de Sinaloa son las dos principales organizaciones que mantienen el mayor control del narcotráfico y otras actividades fuera de la ley.

A partir del atentado a GARCÍA HARFUCH queda demostrado el grado de vulnerabilidad de los principales funcionarios de la 4T, incluyendo, por supuesto, al Jefe de la Nación. También, no resulta temerario conjeturar que el gobierno Federal “duerme con el enemigo en casa” a juzgar por la información precisa que tuvo el comando armado, acerca de la ruta del jefe de la policía capitalina.

La estupefacción y terror en la sede de los Poderes del Estado mexicano quedó de manifiesto con el desplazamiento de 28 sicarios fuertemente armados, implementando su plan de ataque sin importarles el céntrico y vigilado sector capitalino por medio de cámaras oficiales y particulares.

Además del jefe policial capitalino-de acuerdo a la llamada telefónica interceptada-estaría en riesgo la integridad física del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, ALFONSO DURAZO MONTAÑO; el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, SANTIAGO NIETO; y el canciller MARCELO EBRAD CAUSABÓN.

Aunado al fallido atentado en la ciudad de México, al Cártel de Jalisco Nueva Generación se le adjudica el asesinato del director del penal federal Puente Grande, en Jalisco, y del Juez de Distrito y su esposa, masacrados en Colima.

Hipotéticamente, el CJNG se sentiría agraviado con la 4T por la acción de la UIF en congelamiento de cuentas bancarias en contra de empresas presumiblemente de ese grupo, a petición del gobierno de los Estados Unidos; la liberación de OVIDIO GUZMÁN, en Sinaloa; el saludo personal a la madre de JOAQUÍN “El Chapo” GUZMÁN LOERA; y la ineficacia de operativos de las fuerzas federales tendientes a aprehender a JOSÉ ANTONIO YÉPEZ ORTIZ (a) El Marro, líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, en Guanajuato, quien a sangre y fuego ha impedido el paso a esa entidad a los sicarios jaliscienses.

Por otra parte, sin mayor ánimo que la objetividad, vale la pena señalar algunas extrañezas surgidas en el atentado a OMAR GARCÍA HARFUCH:

Extraño que el jefe policial haya tenido la lucidez y arrestos suficientes para “twitear” en pleno atentado y responsabilizar del ataque al CJNG.

Extraño que el jefe policiaco se haya repuesto rápidamente de tres heridas de bala de grueso calibre que requirieron de intervención quirúrgica y que a las pocas horas aparezca convaleciente y con un semblante sin huellas de la anestesia, sin efecto emocional visible derivado del atentado y por la pérdida de sus dos escoltas-amigos.

Extraño que 19 de 28 sicarios hayan sido detenidos sin ningún enfrentamiento.
Extraño que el blindaje siete del vehículo oficial no haya detenido las balas de las AK-47 que muy seguramente lesionaron a GARCÍA HARFUCH. De haberlo impactado los proyectiles del Barret calibre 50, los daños físicos fueran terribles en la clavícula, brazo y pierna, heridas que fueron atendidas por cuerpo médico, de acuerdo a la versión oficial.

Extraño que a pesar de la velada amenaza, el responsable de la seguridad capitalina se desplazara sin un reforzado equipo de escolta.
Extrañezas que, por supuesto, deben tener explicación lógica, pero, al menos hasta ahora, desconocidas.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.m

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