-Ni la epidemia detiene actividad de cárteles
-Destacan Guanajuato, Chihuahua y Tamaulipas
-Les da lo mismo morir de un balazo o por el virus
NO tan solo el avance
epidémico del coronavirus, el desempleo, la disminución del ingreso per cápita
y la depreciación del peso, entre otros males, son las calamidades que
enfrentan actualmente México y los mexicanos.
La violencia imparable
como consecuencia de la disputa de territorios entre diferentes cárteles de la
droga o de éstos en contra de las fuerzas federales y estatales, son también
parte del flagelo que mantiene en zozobra e incertidumbre a la sociedad.
En el estado de
Guanajuato, por ejemplo, el Cártel de Santa Rosa de Lima es el responsable de
masacres, bloqueos, secuestros, robo de combustible, trasiego de drogas sin que
la conjunción de esfuerzos de los gobiernos federal y estatal haya logrado
recuperar la tranquilidad y detener a los cabecillas de ese grupo delictivo.
La situación en esa
entidad del bajío está generando actos terroristas con la utilización de
coches-bomba, lo que habla del grado de impunidad y capacidad de fuego del
crimen organizado en esa región que se caracteriza por el paso de innumerables
ductos de combustible.
La logística y rápida
movilización del Cártel de Santa Rosa de Lima prácticamente ha desactivado
operativos tendientes a neutralizar la intensa actividad delictiva.
El sistema de “halconeo” e
información privilegiada impide el factor sorpresa de las fuerzas federales y
estatales, cuyos integrantes se topan con bloqueos de avenidas, quema de
vehículos y esparcimiento de “ponchallantas” a lo largo de las rutas de escape.
Pero no únicamente el
centro del país registra violencia extrema que ha cobrado centenas de víctimas
en los “ajustes de cuentas”.
En el municipio de
Maderas, Chihuahua, el reciente intercambio de fuego entre dos grupos
delictivos antagónicos dejó como saldo 39 personas asesinadas, varios heridos,
así como el decomiso de unidades motrices, armas cortas y largas, municiones,
aparatos de comunicación y demás pertrechos.
Tamaulipas, otra entidad
federativa del norte mexicano, la violencia se ha recrudecido en las últimas
semanas, sobre todo en las ciudades de Nuevo Laredo, Reynosa y ciudad Victoria,
principalmente.
Como es evidente, ni la
amenaza de contagio de la enfermedad Covid-19 detiene al crimen organizado y
tal parece que a sus integrantes les da lo mismo morir a causa del coronavirus
o derivado de un enfrentamiento armado.
Ni hablar.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Para aclarar lo
conducente, el secretario general de la Federación de Sindicatos de
Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE) JOEL AYALA ALMEIDA, informó todo lo
relacionado al acuerdo presidencial que autoriza el fondo de ahorros a los
sindicalizados, al titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
ARTURO HERRERA.
Lo anterior, para evitar
que el decreto signado por el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR sobre la
extinción de fideicomisos y fondos, afecte a los miles de burócratas afiliados
a la FSTSE.
El líder sindical,
atendiendo su obligación estatutaria, defiende el fondo de ahorro de sus
representados proveniente de un porcentaje de sus salarios, mismo que en una
mala interpretación podría ser utilizado para amainar los efectos económicos
derivados de la pandemia mundial.
II.-A quienes sí les cayó
como “anillo al dedo” la epidemia del coronavirus es a algunos funcionarios
locales que están aprovechando la situación para realizar campaña política
anticipada, regalando kits de limpieza a habitantes en colonias marginadas.
Sin embargo, a pesar de
que en momentos difíciles todo ayuda a reforzar la economía familiar, no pasa
desapercibido lo precario del “apoyo”, destacando un paquete de cuatro rollos
de papel sanitario.
Los políticos en ciernes
olvidan que, llegado el momento, la respuesta electoral podría ser directamente
proporcional al ofrecimiento.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
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