A un año de la aberrante violación estatutaria en la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex) y en el Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo (Conalipe) y la amenaza de “mano negra” en el relevo directivo del Club Primera Plana, vale la pena recordar el siguiente artículo con el único objetivo de tratar de impedir el retorno del cacicazgo a la sexagenaria y emblemática organización gremial.
-No al autoritarismo
-“Amigos o enemigos”
-Crítica, contrapeso del poder
CUANDO en un grupo
organizado quien lleva la voz cantante y el bastón de liderazgo pretende que
todos los integrantes piensen igual, prácticamente está franqueando el paso al
autoritarismo, con todo lo que ello significa y, paralelamente, está
aniquilando la democracia.
En un régimen autoritario
la crítica no tiene cabida. Y peor aún: para el autoritarismo solo existen
amigos o enemigos. Quienes piensen distinto al líder de inmediato son
etiquetados como rebeldes, irreverentes o insubordinados.
Olvidan-quienes así
ejercen determinado liderazgo-que justamente la crítica es el contrapeso del
poder y, en consecuencia, el debate se convierte en la esencia misma de la
democracia. Hacer caso omiso a voces discordantes, opiniones o criterios
distintos no es la mejor manera de conducir o representar a un grupo
organizado. Menos aun cuando los señalamientos tienen fundamento y puntualizan
irregularidades.
En una asociación civil
legalmente constituida, por ejemplo, es imperdonable que quien lleva el bastón
de mando no solo tolere y permita, sino que participe en la violación
tumultuaria del Estatuto. En esos casos, la anarquía está a la vuelta de la
esquina.
Desafortunadamente, suele
suceder que ciertos liderazgos autoritarios se aprovechen de la nobleza de sus
representados bajo el tradicional amago del “amigo o enemigo”. Por lo tanto, es
lógico y natural que, bajo ese esquema, nadie quiera enfrentar al poder.
La guerra sucia, la descalificación
o el vacío son estrategias que utilizan algunos líderes ante la imposibilidad
de rebatir argumentos sólidos y sustentados. Obvio, con lo antes descrito, no
se descubre “ni el hilo negro ni el agua tibia”.
Peor aún, cuando esos
liderazgos están contaminados por severos problemas de personalidad como son la
egolatría y el narcisismo. Creer, pensar o actuar como poseedores de la verdad
absoluta y que ninguna opinión debe estar por encima de la suya, o bien, la
necesidad extrema del halago, aplausos o reflectores son características
clásicas en individuos que presentan esos graves trastornos. Olvidan que el
rencor, la amargura y el deseo de venganza son veneno puro que corroe el alma.
Quienes ejercen la
delicada misión de liderar grupos debieran analizar con detenimiento el consejo
en materia de liderazgo del próspero empresario chino JACK MA: “Un verdadero
líder corrige sin ofender, orienta sin humillar. Corrige en privado, elogia en
público”. Como es evidente, en ese contexto, el autoritarismo no aplica en los
verdaderos liderazgos.
Confundir o malinterpretar
los términos lealtad e institucionalidad es otro grave error de quienes tienen
el privilegio de ser cabeza de grupo y de los correligionarios. Creen (los
líderes) que ellos son la institución, olvidando que solo son los
representantes. Los correligionarios, en
cambio, se dicen institucionales porque son leales al líder.
En un grupo organizado
constituido no debe existir ningún interés por encima de la institución.
Generalmente, las instituciones no fallan. Fallan quienes tienen a su cargo el
liderazgo u órgano de gobierno.
Otra opinión que no tiene
desperdicio en lo que al ejercicio de liderazgos se refiere, es la externada
por un destacado y experimentado periodista: “La fraternidad es la fuerza entre
los periodistas y eso es lo que deben entender algunos que por su protagonismo
y desbordadas ambiciones se arrogan liderazgos que no tienen, para obtener
beneficios económicos y prebendas personales, con lo que en vez de unir dividen
al gremio”.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Pues llegó el
primaveral mes de marzo y nada se sabe de un programa de edición de libros y la
licenciatura en periodismo bajo el Acuerdo Secretarial 286 de la SEP que
establece los Saberes Adquiridos. Ambos fueron los estandartes en reciente
relevo directivo gremial en donde lo más relevante fue el surgimiento de dos
“nuevos floreros”, luego de haber lamido la suela de unos zapatos sucios.
II.-Por cierto, también
hace un año, un vejete “espantatontejos” con su mirada de perdonavidas se topó
con la horma de su zapato. La “caricia” recibida-por bocón- la recordará por el
resto de su vida.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
0 Comentarios