-Inseguridad y crecimiento económico
-Continúa la corrupción y la impunidad
-Cambio de sistema y no solo de gobierno
AL término del primer año
del gobierno de la Cuarta Transformación el saldo es negativo en lo que se
refiere al grave problema de inseguridad en gran parte del país y al casi nulo
crecimiento económico.
Sin embargo, la
popularidad del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR registra una aceptación
bastante generosa, lo que se convierte en el saldo positivo de la 4T.
En efecto, el actual
gobierno federal, reconózcase o no, ha quedado a deber a las familias mexicanas
ante el implacable clima de violencia generada, principalmente, por distintas
organizaciones del crimen organizado.
Asimismo, los distintos
programas asistenciales no han logrado reducir el índice de pobreza extrema en
que viven millones de ciudadanos, indicador de que el crecimiento económico
proyectado, simple y sencillamente no aterrizó.
Respecto al combate a la
corrupción e impunidad es evidente que no ha sido suficiente el esfuerzo del
gobierno de la Cuarta Transformación. La contundencia no se ha visto reflejada
tal y como lo esperaba la sociedad azteca.
Tan simple como analizar
el encarcelamiento de la exsecretaria de Desarrollo Social en el sexenio de
ENRIQUE PEÑA NIETO, ROSARIO ROBLES BERLANGA, quien fue vinculada a proceso por
presuntas irregularidades detectadas en el desempeño de su cargo público.
El encarcelamiento de
ROBLES BERLANGA se asemeja más a una venganza política que a una verdadera
acción en contra de la corrupción e impunidad.
La actividad y
desplazamiento de los grupos delictivos no sería posible sin la complacencia
por omisión o comisión de las autoridades encargadas de combatirlos.
Lo que, en consecuencia,
podría ser una evidencia de que el huésped del Palacio Nacional no tiene datos
precisos y objetivos del real avance de su gobierno en esa tarea.
Cierto, una sexta parte
del actual período constitucional resultaría insuficiente para calificar
objetivamente ese anhelo de la 4T. No obstante, es suficiente para, al menos,
definir una ruta segura y confiable para llegar a ese destino.
La desaparición de la
Policía Federal y la creación de la Guardia Nacional no parecen ser senderos
seguros para lograr erradicar la violencia e impunidad de los grupos
delincuenciales, como tampoco en su momento logró ese objetivo el Mando Único,
por ejemplo.
Por supuesto que tampoco
convence el “amor y paz” del presidente LÓPEZ OBRADOR como estrategia para
erradicar la violencia que generan los distintos cárteles de la droga.
Los programas de apoyo
económico a los jóvenes desplegados por el gobierno federal, tampoco parecen
ser la solución ideal y tangible para aniquilar ese flagelo.
El hecho de que México
esté viviendo un cambio de sistema y no únicamente un relevo sexenal, podría
ser la explicación de decisiones que no generan certidumbre, por lo menos a
corto y mediano plazo.
En cuanto al fracaso en el
crecimiento económico con todo y “otros datos”, no sería objetivo predecir
desde ahora que no se logrará en lo que resta del gobierno de la Cuarta
Transformación.
Pero, mientras son peras o
son manzanas, lo único cierto es que la 4T no ha logrado erradicar el grave
problema de inseguridad que se vive en la mayor parte del país, como tampoco se
vislumbran resultados halagadores en lo que respecta al combate a la corrupción.
No es nada convincente
que, tan solo porque el Presidente y su gabinete se haya reducido los salarios,
la austeridad se haya presentado en el Congreso de la Unión o que no se utilice
el avión presidencial, ya no exista la corrupción y la impunidad.
Aunque, como siempre, la
mejor opinión es la de usted.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
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