-Estados Unidos y sus consumidores
-Allá no existen capos visibles
-Imposible el freno con “fúchila” o “guácala”
DESDE décadas, siempre se
ha sostenido que el tráfico de drogas es una actividad imposible de aniquilar,
aunque, eso sí, susceptible de controlar.
Menos aún en el continente
americano, en donde se localizan los países productores y, también, la nación
que más requiere de estupefacientes para el consumo de sus ciudadanos.
En efecto, Estados Unidos
de Norteamérica es la potencia mundial que necesita de millones de dosis de
droga, lo que, por supuesto, permite la generación de millonarias utilidades.
Sin embargo, en la tierra
del Tío Sam no existen ni “los chapos” ni “los menchos” ni tampoco “los
azules”, por citar algunos ejemplos de capos que tienen su centro de
operaciones en México.
La diferencia estriba en
que el gobierno gringo mantiene el control de su delincuencia organizada y no
tolera sublevaciones o retos.
Desde esa óptica, vaya que
le asiste la razón al experimentado periodista capitalino ABRAHAM MOHAMED
ZAMILPA en lo que atinadamente anotó en su CANDELERO:
“La delincuencia es un
cáncer social que, si no se controla rápido y correctamente, afectará todos los
órganos que integran nuestro cuerpo como Nación”.
“Hasta ahora, (valga la
analogía) la metástatis del cáncer delincuencial avanza imparable por el
fracaso de todas las acciones que se han hecho para frenarlo”.
“Digo frenarlo, pues jamás
se ha pensado en eliminarlo, tal vez porque quienes componen el mentado
Gabinete de Seguridad encargado de hacerlo no están lo suficientemente
preparados para tratar con ese maldito mal, ¿o será que tienen que cumplir
tratado de controlar esa enfermedad asesina con las recetas de botica aldeana
que les da el Comandante Supremo?”
“Si no contamos con los
conocimientos y todos los recursos de alta especialidad que se requieren para
contener el avance de este dañino mal de la delincuencia, bien podemos aceptar
la asistencia y el apoyo que ofreció el Presidente Trump y así evitar que nos
pudramos como Nación”.
“Esto se puede hacer
mediante claros acuerdos de reciprocidad con Estados Unidos, sin que esto
implique la llegada de sus Marines para la pérdida de soberanía, ni tampoco
injerencia en nuestras decisiones y acción es internas de gobierno”.
“Es innegable que como
muestra de buena vecindad, si los gringos nos ayudan con sus avanzados sistemas
de inteligencia a darnos la receta para controlar el cáncer social de la
delincuencia, entonces sí, pronto se recuperará la seguridad y la paz para que
con tranquilidad se reactive el desarrollo económico y se avance en la Cuarta
Transformación que el Presidente López Obrador quiere para México”.
“Si no es así, y AMLO
persiste en no cambiar su estrategia para combatir el cáncer de la
delincuencia……Dios nos agarre confesados….!”
Por supuesto que es
urgente y necesario un cambio de estrategia en la política lopezobradorista en
materia de seguridad pública y protección ciudadana.
Es imposible y a la vez
ingenuo pensar que con expresiones tales como “fúchila” o “guácala” o bien que,
con denuncias ante las madres y abuelas de los narcotraficantes, éstos se
“vayan a portar bien”.
Cierto, muy cierto. El
cáncer social que representa la delincuencia no nace en la Cuarta
Transformación y, además, es claro que no es fácil de extirpar.
Sin embargo, para
continuar con la Independencia, la Reforma y la Revolución resulta
imprescindible una cirugía mayor, con todo y los riesgos propios de una
intervención quirúrgica de alto riesgo.
Por eso, desde mi punto de
vista, coincido con lo que anotó ABRAHAM MOHAMED en su Candelero.
Y hasta la próxima.
mariodiaz27@prodigy.net.mx
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